Pero resulta que las cosas han cambiado y la suma de la velocidad en el desarrollo – paralelo – de muchas de estas nuevas tecnologías + la falta de entendimiento básico de cómo funciona la tecnología que usamos a diario + la avaricia de los inversionistas, fondos de inversión y algunos fundadores nos ha llevado a un punto en el que la tecnología genera más riesgos y problemas que beneficios.
Si, algunos de los casos son Consecuencias Inesperadas de la diferencia generada por la velocidad exponencial de crecimiento de la tecnología y nuestra limitada capacidad de entender y adoptarla.
Sí, algunos otros son errores humanos y de programación que generan bugs que nos ponen en riesgo, así sea temporalmente – como lo de FaceTime .
Pero en muchos otros lo que estamos viendo – especialmente asociado al tema de publicidad y manejo de nuestros datos e información – es un abuso por parte de quienes ya no nos ven como sus clientes sino como su producto.
Un producto que venden al mejor postor, un producto que pueden manipular – Cambridge Analytica, alguien? y engañar y el cual, a pesar de todos los escándalos que salen, sigue (seguimos) usando sus productos, dándoles más puntos de información para que complementen el perfil que tienen de nosotros y adoptando más y más sistemas/dispositivos que sólo complicarán más nuestra existencia y llenarán sus arcas de dinero.
Claro, estoy hablando de Facebook y de Google y de toda la información que recogen – ¿ya vio cuántas veces su Android envía información a Google? – y saben de nosotros (si quiere saber qué tanto sabe Facebook de usted y qué comparte con sus anunciantes haga click aquí y si quiere saber todo lo que Google sabe de usted siga este link).
Pero también hablo de los miles de desarrolladores de aplicaciones y productos que toman nuestra información sin que lo sepamos (o por lo menos sin que lo sepamos de frente) – casos como el de Ring o las apps de Android – y de aquellos que luego de ofrecernos un servicio por el que pagamos, cambian sus términos y condiciones para venderle dicha información a un cliente que les paga más o al gobierno de su país – caso FamilyTreeDNA – o, incluso, de desarrolladores de sistemas de monitoreo en vehículos – como CabinSense – que a pesar de lo útil de su solución terminarán vendiéndole la información a las aseguradoras para que estas la incorporen al análisis de precios de las pólizas o incluso para negar el pago de un siniestro.
“Data is more like sunlight than oil. It is like sunshine — we keep using it, and it keeps regenerating”
Ruth Porat, CFO de Google, Enero de 2019
¿Por qué? Porque la información es el nuevo motor de la economía y porque hasta que entendamos lo que estamos ofreciendo cada vez que la compartimos esto no va a cambiar. Y porque hasta que los legisladores de todas partes del mundo no sigan el ejemplo de Europa y de California con sus legislaciones de protección de datos e información de los consumidores seguiremos hundiéndonos en el hoyo que hemos creado.
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