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Esta es la razón por la que no tengo cámaras en mi casa

El sueño del hogar conectado es cada vez más real. Sólo hay que ver lo que presentaron compañías cómo Samsung, LG, Google y Amazon la semana pasada en el CES 2019 y cómo han crecido sus plataformas en el último año.

Uno de los segmentos en que más crecimiento ha habido es el de las cámaras conectadas a internet. Cámaras que permite ver quién está en la periferia de la casa, timbres con cámaras que permiten contestar una llamada a la puerta desde la cama o desde otra ciudad y cámaras que permiten monitorear lo que ocurre en nuestras casas mientras que no estamos. 

Conozco MUCHAS personas que comienzan su proceso de connected living implementando una de estas cámaras. Y he oido decenas de historias de cómo se siente más seguros y más en control y de cómo les ha facilitado la vida.

No soy una de esas personas…

No soy una de esas personas. No tengo ninguna cámara en mi casa (más allá de las que tenemos en nuestros smartphones, tablets y computadores (que en muchos casos están tapadas con una cinta). No las tengo porque no confío en elllas y porque siento que el riesgo que generan es mayor a los beneficios que me ofrecen.  

Hace unos años me topé con un sitio web ruso en el que uno podía ver en un mapa las cámaras de video conectadas a internet a los que los hackers habían podido ingresar pues sus dueños no les habían cambiado las claves de fábrica. Con hacer click en el mapa uno podía encontrar y ver el feed de más de 20 mil cámaras. 

Cámaras de edificios, cámaras en casas de la gente, cámaras en los cuartos de los bebés. 

Hace un par de años conocimos de un caso de una señora que encontró que el monitor de bebé que tenía había sido hackeado y que unos personajes (al parecer de la China) estaban hablándole a su bebé a través del dispositivo y los amenazó con secuestrarlo. 

Y la semana pasada The Intercept y The Information publicaron cada uno un artículo en el que se detalla como Ring, la compañía de dispositivos conectados a internet de propiedad de Amazon, ha permitido el acceso de los feeds de video de sus cámaras 24/7 a varios de los equipos de ingenieros que tienen en Ucrania. Sin que sus clientes supieran.

El acceso comenzó en el 2016, fue dado sin ningún tipo de encripción (por lo que quien quisiera podía verlo, descargarlo y compartirlo) y podía ser cotejado contra una base de datos de todos los clientes de la compañía de tal manera que se pudiera ubicar físicamente y saber qué persona era la dueña de la cámara en cuestión. 

No sé ustedes, pero a pesar de haberle vendido mi alma al diablo (Facebook) y de entregarle toneladas de mi información a Google a diario, no estoy dispuesto a poner en mi casa ningún otro dispositivo que pueda ver dentro de ella y cuyo feed pueda ser visto/compartido por un tercero, por buenas que sean sus intenciones. 

¿Ustedes si?

Ah! Les recomiendo este capítulo de DG/Tal en el que hablamos de Seguridad Informática asociado al Internet de las Cosas y al aumento de este tipo de dispositivos en nuestras vidas.

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