Según él, es un dispositivo innecesario que sólo replica unas pocas funcionalidades que ya tiene y cumple el smartphone que llevamos con nosotros en todo momento. Así pues, argumentaba él, el smartwatch no es más que otro gadget para comprar, un dispositivo más que tener que cargar todas las noches (si acaso llega a la noche) y un dispositivo más que cuidar del polvo, del agua y de los ladrones.
El smartwatch, al igual que el reloj de pulsera, sirve más por un tema de conveniencia que por un tema de funcionalidad per se.
No tengo duda que el 2015 será un año importante para la categoría. Y no por la cantidad de smartwatches que estamos viendo lanzan al mercado los principales fabricantes de dispositivos móviles, sino por lo que estos pueden llegar a ser. Más allá de lo que Apple, LG, Samsung, Huawei o Motorola produzcan lo que de verdad le dará poder y usabilidad a los smartwatches será lo que los millones de desarrolladores de hardware y software hagan con ellos.
Hoy por hoy su smartphone no es sólo un teléfono y un navegador web. Es su agenda, su reproductor de música, su televisión, se regla, sus mapas, su brújula, su radio, su telescopio, su microscopio, su dispositivo de medición de glucosa, su tabla periódica, su entrenador personal, su billetera, su computador, etc. etc.
Su smartwatch – conectado a su smartphone o en modo standalone – será mucho más que lo que es hoy y de lo concebimos puede ser. No sólo podrá reemplazar la necesidad de sacar el smartphone para todo y ni solo se convertirá en una herramienta completa de mensajería, sino que puede llegar a ser el compañero perfecto para hacer ejercicio, su boarding pass y hasta de su llave de acceso a diversos sitios. Piense en lo fácil que es reemplazar el FOB que hoy utilizan varios de los vehículos que hay en el mercado (esos pequeños controles que con sólo acercarlos a la puerta del carro se abren los seguros y permiten que este se encienda) por un App que esté en su smartphone y que pueda no sólo funcionar por su cercanía sino por la validación de que usted es efectivamente usted. Piense en las tarjetas de proximidad que usamos en parqueaderos y oficinas y lo fácil que es reemplazarlas con un smartwatch, piense incluso en cómo será vivir en un mundo en el que el cerrojo de la puerta de su casa se pueda abrir con sólo acercar su smartwatch a él.
Uno de los grandes problemas que tenemos es que pensamos linealmente y ante la aparición de un nuevo dispositivo o servicio nos es difícil extrapolar su poder y aplicabilidad. Pero la tecnología no crece paso a paso sino salto a salto, de forma exponencial.
Así que prepárese. La revolución de smartwatch está por llegar.