Si usted conoce un poco sobre el “mundo Linux” sabrá que en el mercado hay varios “sabores” de este sistema operativo. Cada uno de ellos construidos sobre el kernel que desarrolló Linux Trovalds y distribuido bajo una licencia de tipo Open Source, pero soportado por una compañía, entidad o grupo de individuos específico. Los más comunes son Ubuntu, SUSE, Fedora, Red Hat y CentOS.
Los usuarios que desean utilizar Linux generalmente escogen una de estas distribuciones, más por los servicios de valor agregado que pueden ofrecer quienes respaldan cada una que por el funcionamiento per se del sistema operativo.
Hace unas semanas conocimos de la inversión de Microsoft en Cyanogen, por medio del cual la compañía conseguía fondos para “quitarle Android a Google” y tan sólo la semana pasamos escuchamos que las compañías firmaron una “alianza estratégica” para que la versión de Android distribuida por Cyanogen traiga algunas de las aplicaciones de productividad de Microsoft preinstalada (Microsoft firmó un acuerdo similar con Samsung, entre otros, justo antes del lanzamiento de los Galaxy S6).
La idea de Cyanogen y de todos los que respaldan la iniciativa es que no sólo exista el Android de Google sino que los usuarios puedan escoger otros “sabores” del sistema operativo que no obliguen al usuario a utilizar herramientas, servicios y aplicaciones específicas del gigante de Mountain View. Es, lo que que mucho han llamado, un “Android más puro”.
Y el tema abre el debate de si en un futuro veremos que el mercado de Android se parecerá a aquel de Linux en el que un mismo Kernel es distribuido por diferentes compañías quienes ofrecen, encima de este, productos y servicios complementarios y soporte para sus usuarios.
Será interesante ver qué pasará con los usuarios una vez que el Android de Cyanogen tome tracción, teniendo en cuenta que muchos de los usuarios del sistema operativo argumentan que lo utilizan por la libertad de escoger y las opciones de personalización que existen (y que, no nos digamos mentiras, no son más que un mito salvo que usted “rootee” su equipo). Si en verdad el usuario de Android quiere alejarse de sistemas cerrados, de tiendas controladas y del “gran hermano” como muchos se refieren a Microsoft o a Apple, hará mucho más sentido que escojan un sistema alternativo como el que propone la compañía y no uno amarrado a los productos, servicios y “control” de Google.
Y será, tal vez, más interesante qué pasa con los desarrolladores cuando tema de la fragmentación con el que sufren hoy con un sólo “distribuidor” de Android se multiplique por el número total de distribuidores como Cyanogen que también se suban al bus de ofrecer su propio sabor de Android.