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¿Cómo (y por qué) hay tantas filtraciones de próximos lanzamientos?

Es casi imposible llegar a un evento de lanzamiento sin haber oido, leido y visto los productos que se van a lanzar y más en esta época

Hablaba ayer con un amigo sobre cómo era posible que todo lo que Apple anunció hace unas semanas ya se hubiera filtrado antes del evento y de dónde salían los rumores -con imágenes detalladas y todo- de cómo se verá el nuevo Samsung Galaxy S21 (que parece llegará varias semanas antes de lo habitual a comienzos del 2021). 

Y no habíamos terminado de hablar del tema cuando Boom! salió una nueva tanda de rumores y “filtraciones” de lo que será (posiblemente) un último evento de Apple en la semana del 16 de Noviembre. Un evento en el que Tim Cook presentará el primer Mac que corre el  A14T, el primero SoC basado en Apple Silicon. 

Así que comencemos con lo importante:

 

¿Por qué se filtra la información?

Porque es un negocio super lucrativo. El interés del público en general por saber todo lo que viene de las grandes marcas de tecnología de consumo (y en especial lo relacionado con Apple y Samsung) hace que el tráfico hacia los blogs, páginas web, canales de Youtube y perfiles de Instagram de estos personajes sea IN-MEN-SO. Y ese tráfico se monetiza (como casi todo) con publicidad. 

Y es que así como las Kardashian se han vuelto multimillonarias con su negocio de influencia de moda, hay también grandes influenciadores de tecnología como Marques Brownlee (MKBHD) cuyo canal de YouTube tiene más de 12.5 Millones de suscriptores y quien se estima factura más de $1.5 millones de dólares al año sólo en publicidad.

El negocio de las “chivas” en tecnología tiene personajes como Evan Blass, más conocido como @evleaks, quien tiene cerca de 436 mil seguidores en Twitter. O John Prosser de Front Page Tech, cuyo canal de YouTube tiene 300 mil seguidores (y más de 21 millones de reproducciones). O Rene Ritchie, que a menos de 2 meses desde que se independizó de iMore ya sobrepasó los 162 mil suscriptores. 

Todos ellos viven de una mezcla de publicidad y patrocinio que se ve fortalecido cuando son los primeros en contar o mostrar lo nuevo de Apple, Samsung u otras marcas de tecnología de consumo.   

Incluso, la gente de AppleTrack tiene un ranking de los mejores leakers de temas relacionados con la marca de la manzana, en la que los clasifica no solo por la cantidad de leaks pero sino por qué tan reales terminan siendo estos.

Muchos de los “rumores” también se “filtran” porque es negocio para las marcas. Porque en la medida que la blogosfera esté hablando de x lanzamiento, la marca se ve beneficiada. Es publicidad, y gratis.

Y a veces, las filtraciones “planeadas” se dan para ir preparando al público de lo que va a venir, de tal manera que no sea un shock para todo el mundo sino que se haya podido digerir el cambio. Piense en el bump de las cámaras del iPhone XS Pro que comenzó a circular casi 7 meses antes del lanzamiento del dispositivo, generó toda clase de controversia y luego  terminó siendo mucho más chico y aceptado por la gente.

Existe, además, un grupo selecto de analistas financieros cuyo trabajo es anticiparse a las variaciones del precio de la acción de las compañías y quienes han venido cultivando por años relaciones en las cadenas de abastecimiento para poder tomar las mejores decisiones para sus compañías y sus clientes en materia de inversión.

 

¿De donde sale la información? 

A veces los leakers tienen suerte. O mejor alguien de las compañías comete un error. 

Como le pasó a un ingeniero de Apple en 2010 quien, luego de tomarse una cervezas, “olvidó” en un bar el prototipo de iPhone 4 que estaba probando. Prototipo por el que luego Gizmodo pagó $5 mil dólares, filtró, desbarató y compartió en internet, lo que le costó la ira de Steve Jobs. 

O el personaje de Google al que se le quedó un Pixel XL 3 en la parte trasera de un Lyft y cuyas imágenes terminaron rápidamente difundiéndose en Twitter días antes de haber sido anunciado. 

Sin embargo, los leaks son generalmente una mezcla de acceso a amigos dentro de las compañías, seguimiento a órdenes de pedido/compra de componentes a proveedores, y pago a empleados (muchos de ellos temporales) de quienes ensamblan los productos en China. 

Y es que aunque las medidas de seguridad para entrar a las plantas de esamblaje de Samsung, de Huawei o de Foxconn son mucho más estrictas que aquellas para entrar a la NASA o al Pentagono, son decenas de miles de personas las que entran en contacto con los dispositivos meses antes de que estos salgan finalmente a producción y cualquier esquema, foto o componente vale oro por fuera de la planta. 

Pero hay una fuente adicional: los fabricantes de accesorios (y en especial de carcazas). 

De poco sirve que salgan los dispositivos al mercado si no hay accesorios para ellos y por ende muchos de los fabricantes de accesorios pagan por tener acceso a los moldes de fabricación de los dispositivos y al detalle de medidas y componentes de tal manera que en el día 1 sus carcazas, fundas y forros ya están disponibles.

Es una cadena larga llena de eslabones con pedacitos de la información final de cómo será y qué traerá el nuevo dispositivo. Eslabones que si alguien tiene el tiempo, la motivación y los contactos puede organizar para armar un perfil detallado que luego puede filtrar.  

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