Nos aprestamos para conocer el nuevo (los nuevos?) Galaxy Note 10 y falta un poco más de un mes para que Apple presente sus nuevos iPhones (mi apuesta está en el 10 de Septiembre).
Ambos lanzamientos llegan en medio de una de las coyunturas más difíciles y complejas del mercado. Una coyuntura basada en 3 realidades claramente identificables:
- Por un lado los usuarios están manteniendo sus dispositivos por más tiempo y cambiándolos con menos frecuencia (3.2 años según un reciente estudio). Esto ha llevado a que el mercado se contraiga trimestre tras trimestre desde hace más de un año.
- Por otro lado la diferencia en las prestaciones de los celulares de gama media y aquellos de la gama premium es cada vez más pequeña y, salvo en casos muy específicos, los usuarios no encuentran razón para invertir 100, 200 o hasta 800 dólares adicionales en un flagship.
A eso súmele la inclemente competencia de fabricantes chinos como Huawei, Xiaomi y Oppo quienes con menores precios, prestaciones espectaculares y un mercado super cautivo han venido comiéndosele el market share a Samsung y Apple durante años.
- Y tercero, las guerras comerciales entre China y Estados Unidos y entre Japón y Corea del Sur que seguirán impactando los costos y el acceso a componentes y que conlleva al aumento de primeros de cara al consumidor final.
¿Podrá el Galaxy Note 10 tener un mejor rendimiento que los S10 lanzados en la primera mitad del año, a pesar de ser un dispositivo de nicho, y reversar así la histórica caída en ventas y en utilidades recientemente reportada por Samsung? ¿Podrán los nuevos iPhones reversar la caída de las ventas que hemos visto desde el año pasado y retomar el segundo lugar en participación de mercado?
En el caso de Samsung existe una razón para hacerlo: separar lo más que se pueda al Note del Galaxy Fold que veremos en Septiembre.
Y en el caso de Apple porque en la medida que su foco se torna más hacia los servicios y suscripciones lo que más le interesa es ampliar la base de dispositivos desde la cual se pueden consumir dichos servicios y suscripciones sin que el impacto en las ventas sea catastrófico.
Pero la verdad es que no creo. A menos que Samsung y Apple nos sorprendan rebajando el precio de los dispositivos de una manera importante y volviendo a estar por debajo de esa horrible barrera de los USD 1000 que se rompió en el 2017. Y adicionando algo tan cool e innovador que convenza a quienes compraron dispositivos en el 2018 y 2017 de la necesidad de actualizarlos.
Como dicen por ahí, “amanecerá y veremos”.