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De los peligros asociados a su huella digital y lo que comparte en línea

La sana costumbre de hacer ejercicio y utilizar apps especializadas que rastrean y miden el mismo pone en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos. Y usted ¿sabe lo que comparte?

Uno de los temas que más hemos tocado a lo largo de los últimos años es la importancia de saber qué se comparte en línea, qué tipo de información se puede obtener a partir de esos datos y quién puede tener acceso a los mismos. Es entender el impacto que su huella digital puede tener sobre usted y sobre los que rodean. No sólo para hoy sino para el mañana.

¿Ya sabe qué información tienen Facebook y Google de Usted?

No es lo mismo escribir en su wall de Facebook “Me voy de Vacaciones” y compartirlo sólo con sus amigos cercanos (¿está seguro que conoce a todos los contactos que tiene en Facebook?) que escribirlo en Twitter o ponerlo público en Instagram o en Facebook en donde cualquier persona puede leerlo.

Este fin de semana se conoció un caso que puede ayudar a que la gente entienda los riesgos a los que se expone – a sí mismos y a otros – cuando no entiende cómo funciona la tecnología que usan y qué información comparte esta.

Strava, una de las aplicaciones de entrenamiento físico más populares del mundo, publicó en Noviembre un “mapa de calor” de los lugares en donde sus usuarios hacen deporte. La información es anonimizada y ningún dato personal es compartido. Se ve así (si le da click puede ir al mapa y hacer zoom donde quiera):

El problema se ha generado porque Strava es particularmente popular entre los miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, quienes la usan para mapear y cuantificar sus entrenamientos. Esos entrenamientos, especialmente en zonas pocos de baja población en el Medio Oriente parecen haber divulgado la ubicación de algunas bases secretas del gobierno Estadounidense

El tema ha tomado tanta relevancia que ya se están analizando las implicaciones que esta información puede tener para la seguridad de las instalaciones y del personal que está en ellas.

Yo sé. No todos nosotros trabajamos en bases secretas. Y muchos dicen “no tengo nada que ocultar”. Sin embargo, creo que el ejemplo muestra la importancia de entender – de manera clara – qué información producen los diferentes dispositivos, servicios y aplicaciones que utilizamos a diario y cuáles de ellos pueden ponernos en riesgo a nosotros, a nuestras familias y a las entidades para las que trabajamos.

 

 

 

 

 

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