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Le escasez de chips no sólo le pega a los gigantes tecnológicos

Un año después la industria aún siente los efectos de los cierres derivados de la pandemia y no parece haber pronta solución

Luca Maestri, el CFO de Apple, alertó ayer sobre el impacto que la escasez de semiconductores puede generar para la compañía el próximo trimestre (entre US$ 3000 y $4000 millones en ventas perdidas).

Pekka Lundmark, el Presidente y CEO de Nokia, cree que la pelea por conseguir estos insumos se mantendrá hasta el 2023.

Y Koh Dong-jin, el Co-CEO de Samsung ha dicho que hay un “serio desbalance entre la oferta y la demanda de chips globalmente”.

“There’s a serious imbalance in supply and demand of chips in the IT sector globally. It is hard to say the shortage issue has been solved 100%”

Pero no sólo los gigantes tecnológicos los que están viendo afectadas su cadenas de abastecimiento, su posibilidades de producción y las ventas.

En la medida que la tecnología se ha democratizado ha permeado otros sectores e industrias que hoy compiten de tú a tú con las empresas de tecnología por la consecución de estos elementos.

Parte de la razón por la que el PS5 fue tan difícil de conseguir a finales del 2020 / comienzos del 2021 es porque Sony no tenía suficiente materia prima para producir las unidades requeridas para su lanzamiento.

O mire, por ejemplo, lo que está pasando en el sector automotriz: BMW ha alertado sobre demoras en la producción de sus vehículos en Alemania e Inglaterra, Honda anunció que detendrá la producción de vehículos en varias de sus plantas durante 5 días en Mayo y Ford alertó sobre la posibilidad de un impacto de 50% en la cantidad de vehículos que podrá producir este trimestre.

El desbalance se ha, principalmente, por 2 razones:

  • El impacto que tuvo la pandemia sobre las fábricas que producen los semiconductores y los chips. Impacto que aún se siente
  • El aumento en la demanda de estos elementos derivado de un incremento -sustancial- en la compra de computadores, tablets, electrodomésticos y hasta carros por parte del consumidor final.

A esto se suman las sanciones impuestas por Estados Unidos en contra de algunos fabricantes chinos, el inclemente invierno que vivimos al comienzo del año y un par de accidentes en fábricas de producción de semiconductores, que terminaron por desbaratar la que ha sido desde hace años un maquinita super ajustada de abastecimiento de este tipo de componentes.

 

 

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