Mucho se ha venido hablando de Android y de los riesgos que corre Google con el esquema actual de funcionamiento del que es hoy por hoy el sistema operativo móvil más utilizado en el planeta. Algunos hablan la competencia, en especial Apple con sus anuncios de esta semana como el eventual verdugo de Android. Otros, como Microsoft, le apuestan a la convergencia que ofrece una plataforma única para todos los dispositivos ahora que ya es el dueño de Nokia. Y algunos más se centran en los riesgos de seguridad que ofrece el modelo de Android (el 99% de los virus y demás encontrados en el 2013 estaban centrados en dicha plataforma).
Yo la verdad creo que hay un riesgo mucho mayor para Android. Samsung.
“Qué?” “Cómo así?” “Se enloqueció?” “Que man tan bruto!” dirá más de uno. Pero déjeme explicarle por qué creo esto.
Miremos el Market Share de Android, no comparándolo con otros sistemas operativos, sino mirando cómo se compone:
2 de cada 3 dispositivos Android que se venden en el mercado son fabricados por Samsung, según datos de Localytics. Samsung es 10 veces más grande que sus siguientes cuatro competidores: HTC, LG, Sony y Motorola.
HTC, el que le sigue a Samsung, está prácticamente quebrado y a menos que haya un milagro pronto enfrentará una situación económica de proporciones “blackberryanas”. LG, Sony y Motorola venden menos equipos en un año completo de lo que vende Apple en un trimestre.
Si usted elimina a Samsung de la ecuación, el market share de Android pasa del 78.4% a tan sólo 28.77%, más o menos lo mismo que tiene Apple quien sólo ofrece dispositivos en la parte alta de la pirámide. Y ese es precisamente el riesgo.
Google ha venido trabajando arduamente para lograr que los fabricantes de dispositivos personalicen lo menos posible el sistema operativo que corre en sus dispositivos, buscando que los usuarios tengan una experiencia más universal, más Google y no cientos de diferentes experiencias asociadas a las marcas per se. Pero además, Android existe sólo en un segmento muy específico (aunque importante) del mercado: el de dispositivos móviles. No existe hoy integración real hacia computadores, hacia televisores, hacia el internet de las cosas y demás dispositivos que Samsung produce.
Esto ha llevado a que Samsung explore otras alternativas como Tizen – un sistema operativo open source al que la compañía le ha invertido una cantidad importante de dinero.
Los nuevos modelos del Galaxy Gear y del Galaxy Fit – los wearables de la compañía – ya no corren Android sino que funcionan sobre Tizen. Es más, si usted adquirió uno de los Gear originales lanzados el año pasado y que corre sobre Android, puede actualizarlo gratuitamente a Tizen y obtendrá algunas mejoras.
Y esta semana Samsung nos mostró su más reciente smartphone – el Samsung Z – el cual no corre sobre Android sino Tizen. Las más recientes cámaras de Samsung ya no corren sobre Android; corren sobre Tizen y hasta el más reciente TV de la compañía, también mostrado esta semana, corre sobre Tizen. La compañía incluso ha mostrado lo que será una plataforma cloud llamada Tizen CloudBox.
Hace unos meses JKShin, el Co-CEO deSamsung dijo públicamente:
“Una de las áreas en la que Samsung puede mejorar es el de la Convergencia ya que tenemos varios productos”
Así las cosas es claro que Samsung le está apostando a un futuro en el que cual sea él mismo quien dictamine las funcionalidades de sus equipos y no tenga que espera a que otro – Google – le dicte hacia donde debe ir. Es también un futuro en el que, al igual que Apple y Microsoft, pueda ofrecer una única experiencia a sus usuarios en todos sus dispositivos. Y quien sabe, pueda que Samsung se salga con la suya pues a diferencia de Microsoft y Apple éste produce Neveras, Aires Acondicionados y Lavadoras que fácilmente podrán entrar de lleno al mundo del Internet de las Cosas y ampliar el ecosistema que hoy ofrece Samsung a sus usuarios en Smartphones y Tabletas.
Muy buen análisis