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El interesante manifiesto tecno-optimista de Marc Andreesen

Lean esto. En serio

Marc Andreesen estaba ahí cuando el boom del internet. Fue uno de los fundadores de Netscape y co-desarrolló Mosaic, el primer navegador web con una interface gráfica. Es uno de los responsables de que el internet haya tenido el impacto y de los cambios transformacionales que esta ha tenido en nuestra economía, en nuestra sociedad y en nosotros como personas.

 

Si ha oido la frase “el software se está comiendo el mundo”, bueno esa es una frase de él. Andreesen lidera Andreesen Horrowitz, uno de los principales fondos de inversión de Silicon Valley, con inversiones tempranas en compañías como Skype, Okta, Facebook, Twitter, Zynga, Databricks, Lyft, Oculus y Roblox que lo han convertido en uno de los multimillonarios más influyentes del mundo tecnológico.

 

Y es que en momentos en que oimos voces que hablan del apocalipsis y del fin de la humanidad de la mano de la tecnología, es importante oír voces más optimistas.

 

Por eso quisiera recomendarle leerse este manifiesto tecno-optimista que Andreesen publicó este fin de semana. Un documento que habla de tecnología, de los mercados, de la nueva inteligencia, de nuevas fuentes de energía, de la abundancia y la utopía, de valores pero, sobretodo, de como la tecnología es y ha sido el factor fundamental de desarrollo de la humanidad y de lo que viene, con una invitación sencilla: a que seamos optimistas (o mejor, tecno-optimistas) y que nos pongamos a construir.

 

¿De dónde venimos?

Nuestra civilización se construyó sobre un espíritu de descubrimiento, de exploración, de industrialización.

¿Adónde vamos?

¿Qué mundo estamos construyendo para nuestros hijos y sus hijos, y sus hijos?

¿Un mundo de miedo, culpa y resentimiento?

¿O un mundo de ambición, abundancia y aventura?

Creemos en las palabras de David Deutsch: “Tenemos el deber de ser optimistas. Porque el futuro está abierto, no está predeterminado y, por lo tanto, no puede ser simplemente aceptado: todos somos responsables de lo que depara. Por lo tanto, es nuestro deber luchar por un mundo mejor”.

Debemos el pasado y el futuro.

Es hora de ser un tecnooptimista.

Es hora de construir.

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