Si hay una empresa que represente el creciente poder y apetito de China es Huawei.
El hoy #2 del mundo en el mercado de smartphones desplazó a Apple de esa posición durante el 2018 con una estrategia dual que mezcla precios imbatibles con excelentes prestaciones en cada una de las gamas en las que compite y, por primera vez en su historia, equipos de alta gama que nada tienen que envidiarle a Samsung o a la compañía de Cupertino.
Los consumidores creen en la tecnología que ofrece Huawei y aman su marca
Pero si hay una empresa que represente el temor que le tiene occidente (y en especial Estados Unidos) al poder de China en el orden nuevo geopolítico mundial, también es Huawei. Y las crecientes tensiones entre el gobierno de Trump y el de Xi Jinping han puesto a la compañía en el ojo del huracán.
La prohibición de uso de sus dispositivos en Estados Unidos y el reciente arresto de su CFO (quien además de manejar las finanzas globales de la compañía es la heredera del emporio tecnológico) son muestras de lo que será el 2019 para la compañía.
2019: un año de malabarismo
El 2019 será, para Huawei, un delicado ejercicio de malabarismo y diplomacia internacional en el que la compañía tendrá que defender los beneficios de su tecnología a la vez que apacigua las preocupaciones creadas por el gobierno norteamericano sobre el acceso que supuestamente tiene el gobierno Chino a la información que se produce, almacena y transmite a través de sus equipos y redes de transmisión (el ladrón juzga por su condición, dicen por ahí).
Con la llegada de las primeras redes 5G, Huawei tiene una oportunidad única de solidificar su posición en el back-end de las telecomunicaciones a nivel global.
Y con el avance que ha tenido el desarrollo del procesador Kirin y de las habilidades de inteligencia artificial, la compañía tiene todo para convertirse en el fabricante de dispositivos móviles más importante del planeta.
¿Dueño del back-end, dueño del front-end?
Puede Huawei convertirse en el dueño del back-end y en el rey del front-end y llevarnos a un mundo manejado por ellos? Sin duda. La tecnología la tiene. El apetito y el dinero para lograrlo, también.
Y creo que eso es, precisamente, lo que le preocupa a los norteamericanos. Que Huawei representa el fin de su hegemonía y el comienzo de un mundo en el que China ya no es sólo el fabricante (barato) de los productos que estos necesitan y consumen sino el líder en materia tecnológica, política y económica.
Ese el reto al que tendrá que enfrentarse Huawei durante el 2019. manejar con pinzas las delicadas relaciones entre el gobierno de Trump y el de Xi Jinping. Combatir los rumores y preocupaciones de las “puertas traseras” incluidas en sus dispositivos y llevar al ambiente político y regulatorio el mismo sentimiento de “wow” que ha logrado producir entre sus usuarios.
