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Los fragmentos Los fragmentos

Un mundo de fragmentos!

Necesitamos conectar los fragmentos para lograr metas dignas como humanidad!

La sensación de continuidad que tenemos de la vida, el tiempo y los sucesos es apenas el resultado de sumar millones de fragmentos de información y juntar recuerdos en un conjunto aparentemente sólido. Con frecuencia creemos que la existencia es una, al igual que el espacio, el tiempo y nuestro conocimiento. Pero la verdad es que todo es una especie de ilusión óptica similar al cine, en la cual la suma de miles de cuadros nos da la sensación de movimiento.

 

Esa ilusión es la alegoría perfecta para ilustrar la forma como hoy accedemos a la información y cómo vamos creando el mapa de nuestra vida, a partir de una caótica ráfaga de datos que recibimos segundo a segundo a través del teléfono móvil, la tablet, la televisión, los ordenadores y otros dispositivos, sin contar todo lo que nos llega por el contacto físico con el mundo.

 

Hoy más que nunca, los diferentes aspectos de la vida humana se arman a partir de fragmentos que surgen de miles de sitios distintos a la vez y, aunque evidentemente sobrevivimos, trabajamos, aprendemos y evolucionamos, ese mapa de nuestra historia es una curiosa amalgama de los más diversos elementos. He aquí algunos ejemplos:

 

Conocimiento fragmentado

 

Aún en tiempos anteriores a nuestra era tecnológica, ya las personas aprendían tomando elementos informativos de diversas fuentes y, de hecho, nuestro cerebro siempre se las ha arreglado maravillosamente para conectar trozos, ayudarnos a sobrevivir y tener la sensación de unidad.

 

No obstante, dada la menor cantidad de opciones que había antes, de alguna manera parecía más fácil elegir qué ver, estudiar y consultar para aprender. El exceso de información que hoy tenemos no es un problema en sí, pero saber con qué quedarse y seleccionar sí puede resultar problemático, ya que ni siquiera estamos seguros de que todo lo que encontramos es confiable y validado.

 

Relaciones hechas de fragmentos

 

Pensando en la infinidad de posibilidades que tenemos hoy para conectar con otras personas, es completamente frecuente que las interacciones humanas carezcan de profundidad y estabilidad. Tan fácil como iniciar una conversación con alguien, es dejarla inconclusa o darle un carácter puramente utilitario.

 

Por supuesto, no se trata de juzgar como esencialmente negativo el tener interacciones efímeras, porque, de hecho, es lo que muchas veces requerimos, según nuestros objetivos. Lo cuestionable podría ser que las relaciones más cercanas o esenciales estén hechas de trozos sin mucho valor y que la tecnología nos dé la excusa para mantener vínculos frágiles o perder la capacidad de relacionarnos más profundamente.

 

Diversión, ocio y descanso

 

Sea cual sea la opción que escojamos para divertirnos, descansar o tener un tiempo de ocio, quizás en ningún otro aspecto de la vida se manifiesta más el impulso de nuestra mente a saltar de un lado para otro y consumir cientos de contenidos a la vez. Ya se trate de escuchar música, ver videos, seguir las redes sociales, conversar, jugar o cualquier otra opción, es una tendencia absolutamente común sobre estimular la mente en los momentos que destinamos para descansar.

 

Aquí, la intención no es cuestionar lo que cada cual elija hacer con su tiempo de ocio, pero sí vale la pena preguntarnos cuál es la esencia de esos momentos y si después de tantos estímulos no estamos aún más agotados, y qué nos queda de todo lo que frenéticamente recibimos en segundos.

 

Estos apenas tres ejemplos y sin duda habrá miles de experiencias humanas más que evidencian el carácter fragmentario de nuestra vida. Como siempre, el objetivo de estas reflexiones no es una crítica simple y superficial de la tecnología o lo que hacemos con ella. Más que nada, tienen el objetivo de mirarnos y enriquecernos en nuestra interacción con ella y con las demás personas.

 

Es ante todo una invitación a juntar fragmentos, a conectarnos para aprender y ayudarnos, a crear conjuntos coherentes de conocimientos y relaciones sociales estables, a no permitir que la forma efímera como todo sucede hoy nos desconecte de nuestra esencia o nos deje con una sensación de vacío.

 

Se trata de juntar fuerzas y experiencias para que la tecnología siga siendo un factor de evolución y triunfos para la humanidad.

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