La compra de la división de dispositivos móviles de Nokia por parte de Microsoft, anunciada el día de hoy ha levantado una polvareda en varios sectores. Por un lado, los inversionistas de Nokia en Finlandia lo han visto con buenos ojos, empujando la acción arriba en cerca de un 45%, posiblemente al verlo como un exit strategy para una inversión que ha venido teniendo problemas desde hace algunos años. Por otros, los inversionistas norteamericanos o no han entendido el potencial del negocio (como parecer ocurrir constantementr con Wall Street) o no creen que los US$ 7,200 millones que pagó Microsoft hayan sido del todo bien invertidos y han llevado a que la acción caiga durante la jornada.
Sin embargo, los movimientos de este sector son pequeños en comparación con lo que está ocurriendo entre aquellos que desde la semana pasada, cuando Steve Ballmer anunció su retiro, se han movido para estar en la baraja de posibles candidatos.
Marc Benioff, CEO de Salesforce.com y uno de los empresarios de lo que me gusta denominar el Nuevo IT, escribió la semana pasada un artículo en el que proponía que fuera el mismo Bill Gates quien tomara las riendas de la compañía y en una jugada al estilo Steve Jobs la llevara de nuevo a la gloria. Wow! Sería un hit, no? Pero no creo que vaya a pasar. Creo que Gates es consciente de sus limitaciones. Creo que tiene claro que él, al igual que la mayoría de los empleados actuales de la compañía, son dinosaurios de la era del PC tratando de entender y sobrevivir a la era del Post PC. Y creo que Gates sabe que hoy está haciendo algo mucho más importante para el mundo y para la humanidad que vender dispositivos y servicios.
Y es ahí donde creo que Microsoft ha dado una idea de lo ocurrirá con el reemplazo de Ballmer. Desde hace unos meses la compañía ha venido trabajando en una proceso de reestructuración que pretende llevarla a convertirse en una compañía de dispositivos y servicios, con todo lo que ello representa. No es un cambio fácil, ni uno que se haga de la noche a la mañana. Por eso el mismo Ballmer decidió precipitar el anuncio de su retiro, porque según él, el cambio es tan importante que requiere de alguien que pueda ejecutarlo en el largo plazo.
Con la compra de Nokia, Stephen Elop – su hasta-hoy CEO – ha renunciado y se incorporará nuevamente al equipo de Microsoft (digo nuevamente porque él ya pasó por la compañía) como … OJO AL CARGO … Vicepresidente de Dispositivos y Servicios. En otras palabras Vicepresidente de lo que Microsoft Quiere Ser.
Muchos argumentarán que Elop es casi tan miope como lo fueron los Co-CEOs de Blackberry y que dejó que su compañía se hundiera por el tifón creado por Apple y por Google con el iPhone y con Android, respectivamente. Y tienen razón. Pero al mismo tiempo se equivocan pues es gracias a Elop y a su equipo directivo que Windows Phone – que llegó tardísimo al juego – ha dejado de ser un chiste de pasillo y se ha convertido en la tercera plataforma móvil del planeta, o como en el caso de América Latina, en el #2.
Claro, yo sé que Samsung y HTC tienen equipos que corren Windows Phone, pero ha visto alguna vez uno en vivo y en directo? No sólo es Nokia (yo por ende Elop) el responsable de más de 85% de las ventas de la plataforma a nivel mundial, sino que en la única región en la que están triunfando de verdad – América Latina – son los únicos que la representan. Sólo falta hablar con cualquier empleado de Microsoft que entiende la dinámica del negocio para ver lo importante que ha sido (y será) Nokia en la estrategia de Microsoft en un mundo cada más móvil y menos basado en Office.
Puede que Gates y los otros miembros del comité de evaluación desechen finalmente a Elop como sucesor de Ballmer pero por ahora él es el candidato a vencer para todos aquellos que sueñan con llegar a la presidencia de la compañía.