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La importancia del CHIPS+ Act aprobado por el Congreso Norteamericano

El Congreso Norteamericano aprobó un paquete de incentivos para promover el desarrollo de chips semiconductores localmente

Casi todos los productos que usamos en la actualidad requieren de un microchip. Lavadoras, neveras, teléfonos, tabletas, televisores y hasta carros requieren de uno para funcionar. Como dice el Presidente Joe Biden….

 

“Los chips semiconductores son los componentes básicos de la economía moderna”

 

El tema es que por años Estados Unidos -y sus compañías- ha venido dependiendo de las capacidades de fabricación de chips de otros países, en su mayoría China y Taiwan. 

 

Con la llegada del COVID nos enfrentamos a una “tormenta perfecta”: 

  • Por un lado la demanda por computadores, tabletas, televisores, monitores y otros dispositivos electrónicos se disparó, derivado de las necesidades de millones de empleados y estudiantes que se vieron obligados a irse a estudiar o trabajar a sus casas (y al de miles de empresas que tuvieron que actualizar sus equipos y servidores para funcionar en esquemas de trabajo híbrido). 

  • Y, por el otro, los estrictos cierres ordenados por el gobierno Chino y el colapso del sistema de transporte y logística mundial crearon un problema monumental a nivel de fabricación de los chips que aún hoy sigue generando impacto en los resultados de miles de compañías, muchas de ellas norteamericanas que aún no tienen suficientes chips para poder producir los bienes que venden.  

 

A eso súmele la tensa situación entre Estados Unidos y China y la posibilidad de que China decida invadir Taiwan y el por qué el Gobierno Norteamericano ha catalogado esta dependencia como una amenaza para la seguridad nacional.

 

“No hay debate en que la escasez de microchips y semiconductores es una grave amenaza para nuestra nación” – Bernie Sanders, Congresista de los Estados Unidos

 

De ahí se desprende la importancia del CHIPS and Science Act, un paquete de medidas que incluye, entre otros, un fondo de $39 mil millones de dólares para subsidiar las construcción o expansión de plantas para la fabricación de semiconductores dentro del territorio americano. 

 

El paquete incluye, además, un fondo de $10 mil millones de dólares para investigación de semiconductores que busca generar nuevos hubs regionales de tecnología (algo como replicar Silicon Valley en otros Estados) y exenciones tributarias de hasta $24 mil millones de dólares para las compañías que creen empleos relacionados con el desarrollo de chips en Estados Unidos. 

 

Es claro que el efecto no será inmediato. Pero la ley, que fue aprobada 243-187 y a la que sólo le falta la firma del Presidente Biden, promete volver a meter a Estados Unidos en la carrera tecnológica y ampliar la oferta de fábricas en donde se pueden desarrollar y crear chips, en un momento en el que la tecnología sigue apoderándose de más aspectos de nuestras vidas y en preparación para un futuro en el que más y más dispositivos se volverán “inteligentes”.

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