Es una realidad, todos los amantes de los videojuegos sueñan con tener un PC perfecto. Uno que tenga las condiciones ideales para generar la atmósfera propicia para disfrutar al máximo de los juegos favoritos.
Sin embargo, esta tarea puede resultar ardua y, sobre todo, bastante costosa ya que, en ese proceso de armar su propio aparato con todos “juguetes” o “fierros” en donde se pueda jugar a “pierna suelta”, generalmente, se suele gastar mucho tiempo, esfuerzo y, sobre todo, dinero.
Existen muchas variables que dependen de los gustos personales e intransferibles de cada cual, ya que algunos prefieren jugar en su PC y otros en su consola pero, en cualquier caso, siempre es fundamental “priorizar” en aquellas cuestiones que le resulten más relevantes y, no derrochar dinero en periféricos que, aunque sean llamativos, no mejoran sustancialmente el rendimiento.
Así pues, aunque el mouse, teclado mecánico, los audífonos ultra sensibles y otros periféricos tienden a ser importantes, existe factores que tienden a ser esenciales, como por ejemplo: el rendimiento, suavizado de las gráficas (antialias) y el número de cuadros por segundo que soporta la máquina, todo con el propósito de generar una experiencia que esté a la altura del juego.
Por lo mismo, cuando entramos un poco más a fondo en el proceso de armar un PC para jugar, hay ciertas cosas en las cuales no se debe llegar a “tacañear” (escatimar en gastos) y, una de ellas, es la tarjeta de video o GPU! Ya que, en compañía del procesador, estos componentes suelen ser el equivalente a la columna vertebral que mejora o empeorara la experiencia de uso de una máquina. Definiendo la calidad de experiencia que se va a tener en los juegos.
Entrando un poco más en contexto, propiedades como “Ray Tracing” y “DLSS” soportadas por una tarjeta de video (como las poderosas que comercializa NVIDIA) permiten al usuario tener el poder de “ver más allá de lo evidente” por medio de los reflejos de los objetos (más allá del ángulo de visión), efectos más fluidos de luz y el poder gráfico necesario para superar las limitaciones de la tecnología tradicional, obteniendo imágenes más realistas y generando una ventaja competitiva para todos los que juegan en-línea.
Así las cosas, para muchos lograr jugar a una frecuencia de 180 o más cuadros por segundo con recursos optimizados, tienden a marcar una diferencia en la experiencia de uso, al comparar los 120 cuadros por segundo que, generalmente, ofrecen las consolas de videojuegos más avanzadas (como Xbox Series X y PS5).
Lo anterior no quiere decir que el hardware lo sea todo, la pericia del jugador es lo más relevante pero, indudablemente, combinar una Nvidia Geforce RTX de la serie 30XX + un buen procesador (con excelente manejo energético y rendimiento) + una buena conexión + un monitor con una taza de refresco superior, pueden llegar a generar ventajas en el escenario de ciertos videojuegos a para “x” o “y” jugador que, esté mejor equipado que otros.
Ahora bien, entendemos que, posiblemente, el concepto aún es un poco etéreo y, por lo mismo, aquí tenemos un ejemplo de este tipo de máquinas “con todos los fierros” para “gamers” y, obviamente, no podía faltar la explicación del experto de #NVIDIA, de tal forma que: cada cual saque sus propias conclusiones y pueda elegir la GPU que usa hasta para acceder al Metaverso, de una manera informada y consciente (en caso de problemas para visualizar el siguiente video, haga clic aquí):
