Hay discusiones que tengo a diario, como la de cuál es la política de privacidad y manejo de información confidencial de las empresas de administración y seguridad de los edificios en Colombia (acá están los resultados de nuestro experimento) y otras que tengo al menos dos veces por mes, como la de por qué no puedo oír música en iPhone – pero sí en mi iPad – en los aviones de Avianca y otras aerolíneas latinoamericanas (aunque en otras aerolíneas con los mismos aviones sí puedo), o por qué no puedo tener mi iPad prendido – en modo avión – durante el despegue y aterrice de los aviones.
Lo mejor de todo es que es un tema del cual nunca he podido obtener (a) una misma respuesta y (b) una respuesta contundente. No de una azafata, no de un(a) Jefe de Cabina, ni siquiera de un Piloto. Es más, muchas veces he oído la típica “es por políticas de seguridad de la compañía” para dar por terminada la discusión, sabiendo que ellos mismos usan sus dispositivos sin ninguna restricción.
A nivel mundial, el uso de aparatos electrónicos está restringido durante el despegue y aterrizaje de las aeronaves porque no ha podido ser comprobado si estos dispositivos afectan o no los instrumentos de los aviones. Ojo! No es que afecten; es que no ha sido probado que NO afecten. Y en este sentido, las autoridades aeronáuticas de los diferentes países (o mejor dicho la FAA de Estados Unidos porque todos sabemos que las demás sólo se copian de lo que digan los gringos) se ha curado en salud prohibiendo su utilización.
Comencemos con un poco de lógica. Usted no puede subir una botella de agua de 1/2 litro al avión que no haya sido comprada directamente a las tiendas del Duty Free del aeropuerto. Por qué? Porque de pronto no es agua sino un explosivo líquido rarísimo con el cual usted puede volar el avión. El agua toca botarla antes de pasar por seguridad. Un celular? Súbalo! Sin problema.
Si el celular presentara un riesgo real y comprobado para la aeronave nadie permitiría que uno lo subiera al avión y menos que 300 personas subieran el propio (y a veces dos) a una misma aeronave.
La FCC (la entidad que regula las telecomunicaciones en Estados Unidos) y varios grupos de usuarios respaldados por algunos de los fabricantes de dispositivos tecnológicos han puesto presión en los últimos años para que la FAA levante las restricciones actuales, lo cual llevó a la creación de un panel de expertos interdisciplinarios por parte de la organización.
Luego de varios meses de trabajo este panel emitió, el mes pasado, un informe en el que recomendaba formalmente a la entidad permitir el uso de smartphones, PDAs, e-readers y tabletas en todas las etapas del vuelo siempre y cuando los mismos estén en Modo Avión en todo momento, incluidos el despegue y el aterrizaje.
El día de ayer, el mismo panel – conformado por 28 expertos – emitió un concepto adicional en el cual se asegura que el uso de Wifi en cualquier etapa del vuelo es inofensivo y por ende no debería existir ninguna restricción de uso de la tecnología.
Eso sí, se confirma que el uso de comunicaciones vía celular debe seguir estando prohibido en todo momento, algo en lo que ambas agencias han sido enfáticas. Es más, es algo que espero que NUNCA eliminen porque de lo contrario sería una pesadilla usted tratar de descansar con un compañero hablando a todo volumen por el celular todo el viaje.
Así las cosas, se espera que para el próximo año (Ah! la Burocracia…) la FAA adopte estas nuevas medidas y se permita el uso de dispositivos electrónicos, por lo menos en modo de avión, en todo momento de los vuelos regidos por su jurisdicción, sacándonos del letargo del Siglo XX en el que vive el sector aeronáutico.
Mientras que eso ocurre los latinoamericanos seguiremos teniendo la discusión de cuál es la diferencia entre el iPhone y el iPad – ambos en modo avión – y por qué no podemos utilizar uno pero sí el otro, por lo menos hasta que las autoridades aeronáuticas regionales se copien de adopten medidas similares.