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Y después de Tiktok ¿qué?

Le damos una mirada a cómo se está moviendo el mercado ante las amenazas de cierre y prohibición que se han emitido en contra de TikTok

Seguramente ha venido viendo, oyendo y leyendo sobre la amenaza de la administración Trump en contra de TikTok, de cómo si el 15 de Septiembre la operación norteamericana no ha sido vendida por Bytedance (una compañía China) a un comprador norteamericano (Microsoft parece ser el más opcionado), se prohibirá su funcionamiento en Estados Unidos. 

Y, derivado de ello, muchos nos han preguntado ” y después de TikTok, ¿qué?”

Lo primero que hay que explicar es que esta decisión no debería afectar a los cientos de millones de usuarios de la plataforma por fuera de Estados Unidos, aunque existe una pequeñísima posibilidad de que, en caso de no darse el traspaso de propiedad, el gobierno Trump intente tumbar los servidores de la compañía, generando algo de disrupción en el servicio.

Ahora bien, ante la amenaza de cierre ya algunas aplicaciones similares han comenzado a subir en popularidad en las tiendas de aplicaciones de Apple y Google en Norteamérica. Principalmente Triller y Byte.

 

Y, claro, Facebook no podía dejar pasar la oportunidad y ha hecho lo que mejor sabe hacer en el mundo: ha copiado las características de TikTok en una nueva funcionalidad de Instagram llamada Reels que ha lanzado el día de hoy.

Los usuarios de Instagram ahora pueden grabar videos de hasta 15 segundos y adicionarle efectos de cámara, música licenciada y audio propio, los cuales pueden compartir en un nuevo tab de Explorar que ya está disponible para los usuarios de Instagram en más de 50 países.

Así que los usuarios de TikTok, en caso de ser necesario, migrarán como buenos nómadas digitales a otra aplicación.

Ahora, si su pregunta no es “y para donde se irán los usuarios” sino “y después de TikTok a quién matoneará el gobierno Trump” ahí el tema es un poco más complicado.

Sí, muchas de las prácticas de TikTok (como la de darle más visibilidad a gente atractiva o la de prohibir posts con temas políticos específicos -como las menciones de la masacre de Tianamen) son cuestionables pero no difieren mucho de lo que hacen Instagram o Facebook (quien por ejemplo cerró varios perfiles de críticos del Presidente Bolsonaro de Brasil recientemente por una orden jundicial) o Twitter o Snapchat.

Ese cuentico de que TikTok es una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos sólo se la creen lo gringos que jamás han salido de su Estado y para quienes todos los que vivimos de Texas para abajo somos “bad hombres“.

Es el mismo argumento que ha usado el gobierno norteamericano para atacar a ZTE y a Huawei en el pasado y es uno que está basado en conjeturas, posibilidades, “de prontos” y “puede ser”. Porque jamás se ha comprobado (creo que ni se ha investigado) que el ejército chino esté siguiendo los pasos de todos los jóvenes del mundo que bailan en TikTok, así como jamás se ha comprobado que el aparato militar chino o su gobierno tengan acceso a las comunicaciones que pasan a través de las redes de comunicación que tienen componentes de Huawei.

Como lo escribí hace ya un tiempo, esta “paranoia” es en realidad el resultado de un gobierno que por años ha abusado de sus leyes para obligar a las compañías de telecomunicaciones, mensajería y tecnología de su país a entregar información detallada de todos los usuarios del planeta que usan sus servicios sin necesidad de que estos hayan cometido algún delito y sin siquiera una orden judicial (estoy hablando del gobierno norteamericano, por si tiene dudas. Pero si quiere documentarse un poco más lo invito a que se lea este libro).

La única razón por la que Trump se ha ensañado contra TikTok es por el rumor que corrió de que fue a través de esta red social que miles de jovencitos engañaron a su campaña presidencial y lo hicieron quedar como un pendejo con su rally de Tulsa hace un par de meses. Bueno, y puede ser que Sarah Cooper y sus videos hayan ayudado a fomentar ese odio.

Así que después de TikTok puede venir cualquier otra aplicación cuyos dueños sean Chinos pero que ya tiene un alcance global que Trump y sus secuaces vean como atractiva y que quieran robarse, porque lo que sí es claro es que a esta altura (faltando menos de 3 meses para las elecciones presidenciales) ya no hay posibilidad de usar una mejora en la relación EEUU-China como token para subir la aprobación de Trump. Al contrario, su única salida es atacar al gobierno chino -y a todos sus representantes- para fomentar un movimiento nacionalista que vote por él.

 

 

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