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Si en verdad fuéramos el “Silicon Valley” de América Latina, esto no pasaría

Los políticos de turno, aquellos que salen y que entran, llevan años eufanándose con que “Colombia es el Silicon Valley” de America Latina. #YeahRight dirían los gringos ante una aseveración que poco, o nada, tiene de sustento. 

 

Sí, Medellín logró negociar la apertura de la sede para la 4ta Revolución Industrial en la ciudad, pero eso fue antes de que Pinturita acabara con décadas de coordinación entre la academia, el empresariado y el gobierno. Si, hay un espíritu emprendedor que ha llevado a que se multipliquen las startups de base tecnológica en el país, pero aún no tenemos ni una sola que haya “completado el camino” con un IPO, como sí ha pasado (a borbotones) con startups argentinas y brasileras. Pero la verdad es que estamos lejos de ser “la meca tecnológica” de la región.

 

Si en realidad fuéramos como Silicon Valley no pasarían cosas cómo estás:

 

1 – Para presentar las declaraciones de impuesto no tendríamos que tener un “computador especial” que corre un navegador (y una versión de flash) que han sido retiradas del mercado por sus fabricantes. 

 

 

Es más, esa misma entidad no le recomendaría a sus usuarios, cada 2 ingresos, borrar el caché de su máquina y no usar los mecanismos de autenticación segura que muchos de ellos tienen. 

 

2 – El sistema de migración dejaría reportar a un menor de edad hasta el día de su cumpleaños y no fallaría desde un mes antes diciendo “la fecha de nacimiento no es válida, debe ser menor de edad”.

 

 

3 – Para sacar un pasaporte los usuarios podrían solicitar las citas con meses de anticipación de acuerdo a su conveniencia y no el día anterior a las 4:56pm una guerra de clicks que ni la propia Marta Lucia entiende por qué existe. 

 

4 – No existirían las “filas virtuales” en las que uno entra siendo el turno número 487 mil ni tendríamos que esperar 4 horas para que el sistema de [ponga aquí el nombre de su comercio local favorito] le permita hacer el pago del carrito de compras que logró completar cuando aún había inventario del producto que desea comprar. 

 

 

5 – Las compras en el día sin IVA no serían una pesadilla, no por la compra per se sino por la logistica asociada a las entregas, a las devoluciones y demás, como denunció hace poco mi estimado Wilson Vega que le había ocurrido con Almacenes Éxito 

 


6 – No habría que imprimir, poner la huella y escanear cuanto formulario se inventa la gente de procesos u organización y métodos de las empresas para luego mandarlo por mail. 

 

7 – No existiría el campo de Fax en los formularios de creación y actualización de proveedores. 

 

8 – No habría que autenticar cartas “porque así está definido el proceso” como me dijeron recientemente los de Global Education (a pesar de que mantenemos una relación activa desde hace 3 años) . Es más el 90% de los trámites en notarías no sería necesario.

 

9 – Uno no tendría que parar en los peajes ni pagar en efectivo ni tener que oír el “¿no tiene más sencillo?”. Ni siquiera tendría uno que tener 3 stickers de RFID para pago electrónico de peajes, como pasa con cualquier Bogotano que sale hacia diferentes direcciones de la ciudad. 

 

10 – Y, jamás!, habría políticos de pacotilla que propusieran ponerle o subirle los impuestos a la telefonía móvil porque entenderían que la única manera de cerrar la brecha digital es masificar el acceso a internet y la educación digital asociada a la misma. 

 

Bono: casi se me olvida. Si fuéramos, en realidad, el Silicon Valley de América Latina, no se abudinearian (sin consecuencias) la plata para conectar a los municipios más necesitados del país a internet. 

 

No somos, ni seremos, el Silicon Valley de America Latina porque en este país la tecnología no es prioridad. Seguro dirán que es hegemónica o alguna imbecilidad de dicho calibre.

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