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Realidades paralelas Realidades paralelas

Realidades paralelas!

Los seres humanos, en el acto de pensar e interpretar la vida, somos creadores de realidades paralelas y mundos absolutamente subjetivos!

Hace un tiempo leí un artículo sobre un poderoso desarrollo tecnológico que aunque innegablemente me sorprendió por su carácter futurista y por la genialidad de la invención que describía, me llevó sobre todo a pensar metafóricamente en lo cada día hacemos los seres humanos en el acto de pensar e interpretar la vida: crear realidades paralelas.

 

Ese artículo hablaba sobre las pantallas de realidad paralela que fueron puestas a prueba en el aeropuerto de Detroit en 2020 por parte de Delta Airlines y creadas por la startup tecnológica Misapplied Sciences. Esta compañía descubrió que podía crear imágenes diferentes en las pantallas de acuerdo con la posición de cada persona que las estuviera mirando, o como ellos lo decían “usar a las personas como pixeles”, después de que ellos habían registrado los datos para sus vuelos.

 

Esto, palabras más palabras menos, consiste en mostrar píxeles capaces de lanzar simultáneamente rayos de luz de diferentes colores en muchas direcciones, por lo cual los haces y brillos de los píxeles dan la posibilidad de transmitir mensajes distintos. De esta manera, por ejemplo, un solo píxel es capaz enviar luz azul hacia una persona, y luz verde hacia otra, lo cual abre la posibilidad de mostrar contenidos completamente diferentes a cada uno.

 

La invención, que sin duda es una genialidad, lleva a imaginar otros escenarios potenciales que apelan al poder de nuestra percepción y al uso de la luz, pero también abre la puerta a un universo de posibilidades sobre los descubrimientos de la física, que ha venido encontrando pruebas tangibles de la existencia de universos paralelos, en los que, según se ha teorizado, podrían habitar otras realidades e incluso infinitas versiones de nosotros mismos y de nuestro mundo.

 

Desde los escenarios magistralmente ideados en cientos de producciones cinematográficas hasta las pruebas con fotones que han replicado los físicos de nuestro tiempo en pequeños laboratorios o en gigantescos colisionadores de partículas, el asunto de las realidades y los universos paralelos es un campo apasionante en el que cada día la tecnología acerca a nosotros posibilidades que años atrás apenas lográbamos imaginar.

 

Antes de la tecnología

 

Pero al lado de las infinitas ventanas que abre la física cuántica y su aplicación tecnológica, y en una mirada atenta a las operaciones que cada segundo realiza nuestra mente, cabe preguntarnos si no vivimos cada uno de nosotros en una realidad distinta y si aquello a lo que llamamos “la realidad” no es simplemente la proyección de nuestra forma de interpretar los hechos, aún si nos parece que todos vemos lo mismo y estamos de acuerdo en lo que sucede.

 

El concepto de realidad paralela es quizás la mejor expresión de lo que ocurre en la mente de cada ser humano y que se manifiesta en múltiples perspectivas, experiencias, sensaciones e incluso estados de conciencia que conviven simultáneamente en el mundo social. Los seres humanos por naturaleza somos creadores de realidades con el simple acto de pensar e analizar la vida de una forma absolutamente subjetiva.

¿Quién puede decir con certeza lo que es la realidad?

 

¿Cómo podríamos estar seguros de que lo que vemos y compartimos con los demás no es tan sólo una proyección de nuestro pensamiento?

 

Estas cuestiones, que abren extensas discusiones filosóficas, también conectan con antiguas doctrinas espirituales de oriente que han planteado hace siglos lo que la física occidental ha venido comprobando en el último siglo: que la vida es más de lo que vemos y podemos tocar y que debajo de los hechos evidentes hay una realidad mucho más profunda y extraña de lo que podemos imaginar.

 

De hecho, se ha vuelto popular la idea de que nuestros pensamientos y nuestras emociones tienen una influencia sobre los sucesos y son capaces de moldear situaciones muy concretas. Hay incluso quienes dicen que la mente de cada persona es como un pequeño ordenador conectado a la infinita “mente universal” que hace posible todo lo que experimentamos.

 

¿Qué otra cosa podría ser esto si no la creación de múltiples realidades y universos?

 

Sea cual sea la manera como lo entendamos, lo cierto es que las creaciones tecnológicas que cada día nos sorprenden y nos apasionan, son poderosas metáforas de lo que ya sucede en nosotros y son al mismo tiempo la reproducción de ese perfecto sistema cuerpo-mente que somos los humanos.

 

Tal vez haya mucho que discutir al respecto, pero, de cualquier manera, todo habla de la grandeza y el potencial infinito de nuestra mente. Una vez más, pensar, imaginar y crear representan nuestro más sublime poder.

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