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Open AI: ¿Adiós a los controles?

Con el regreso de Sam Altman a Open AI también se dio la salida de los miembros de la junta que pedían moderación en el desarrollo de la IA

Si sigue las noticias del sector tecnológico sabrá que hace un par de semanas OpenAI experimentó una serie de turbulencias en su liderazgo, con cuatro cambios de directores generales en cinco días. La junta directiva inicialmente acusó al director ejecutivo original, Sam Altman, de mentir, lo que generó su despido. Pero con él se fueron los principales investigadores, noventa por ciento del personal firmó una carta abierta amenazando con renunciar si la junta no lo hacía y Microsoft, quien ha invertido más de $13 mil millones de dólares en su partnership con la compañía medió para intentar el proyecto y su inversión. Al final, Altman y su equipo volvieron y la mitad de la junta directiva fue reemplazada.

 

La raíz del conflicto, como lo expliqué en esta versión para dummies de lo que estaba ocurriendo,  se relaciona con la velocidad a la que se está desarrollando la Inteligencia Artificial y a la que estamos viendo nuevos avances. Avances que nos llevarían, más temprano que tarde, al desarrollo de una Inteligencia Artificial General (AGI) que se pueda salir de nuestro control.

 

Parte del problema es que la AGI es un concepto abstracto, un experimento mental, sin ningún modelo teórico claro. Algo que especulamos pero que no necesariamente entendemos ni podemos saber qué tan cerca está (alguno dicen que jamás llegaremos a ella, otros hablan de 2050 y algunos creen que OpenAI ya tiene las bases de la misma). ChatGPT podría  convertirse en Terminator en cinco años, o en cinco décadas, o puede que no.  No lo sabemos.

 

El problema es que los “doomers“, ese grupo de personas que cree que estamos a un paso de ver la AGI y que quieren frenar el desarrollo de la tecnología, no parecen haber encontrado una manera de lógica de expresar sus preocupaciones y sumar a otros a su causa y, al contrario, han perdido adeptos a su causa. El regreso de Altman no fue solo el regreso de un Altman envalentonado. Fue también el despido de los doomers de la junta directiva de la compañía.

Ahora, el desarrollo de la IA se moverá más rápido. Y no solo al interior de Open AI. El pequeño y fallido golpe de estado, abrió los ojos a millones de compañías para que no dependan de un gran proveedor. Así que el desarrollo de la IA estará más disperso y menos controlado que antes.

 

Los golpes fallidos a menudo aceleran lo que estaban tratando de prevenir. Y este, no será la excepción

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