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La energía podría volverse aún más costosa

El Departamento de Energía de EE.UU, ha desperdiciado cientos de millones de dólares en proyectos fallidos de CCS.

Todo parece indicar según un análisis, que mantener activas las centrales eléctricas de carbón y gas mientras se pretende abordar el cambio climático, probablemente hará que la electricidad sea mucho más costosa para los consumidores.

 

Según se conoce, las diversas compañías de combustibles fósiles, han estado ansiosas por implementar tecnologías denominadas “captura y almacenamiento de carbono” (CCS) que filtren el dióxido de carbono que calienta el planeta, de las emisiones de centrales eléctricas. Sin embargo, poner la confianza en esta tecnología CCS, es un poco riesgoso y lo más probable es que los consumidores asuman los costos.

 

Todo sobre la tecnología de captura y almacenamiento de carbono

 

Es importante señalar que según un nuevo informe del Instituto sin fines de lucro para la Economía Energética y el Análisis Financiero (IEEFA), el costo de la electricidad de las centrales eléctricas abastecidas con dispositivos de captura de carbono es al menos 1,5 a 2 veces más costoso que otras opciones. Incluso, según se conoció es mucho más accesible acudir a energías renovables como la solar y la eólica.

 

Según palabras , Christina Ng (coautora del informe), el caso económico para CCS en el sector eléctrico “es débil”, sin embargo, según mencionó, los que formulan las políticas lo reconocen como una inversión sostenible y brindan generosos incentivos financieros con excesiva facilidad a los productores y desarrolladores de CCS.

 

Ahora bien, se tiene entendido que esta tecnología CCS, captura la mayoría de las emisiones de CO2 de una planta de energía antes de que pueda escapar de las chimeneas. Posteriormente, el gas de efecto invernadero se puede trasladar y almacenar en algún lugar para poder, de esta forma, impedir que ingrese a la atmósfera y desmejore el cambio climático.

 

Hay que destacar que las compañías de combustibles fósiles habitualmente bombean ese CO2 bajo tierra para “almacenarlo”. Pero, esto no queda aquí, por lo general, lo hacen en un proceso llamado recuperación mejorada de petróleo que, se trata de una forma muy utilizada para aumentar las reservas de petróleo consideradas como difíciles de alcanzar, que las empresas pueden vender como petróleo “carbono neutral”.

 

Es por tal motivo, que la tecnología denominada “captura y almacenamiento de carbono” es considerada muy controvertida como una supuesta solución climática. Siendo utilizada por compañías de combustibles fósiles para mostrarse como héroes climáticos cuando incluso, perforan en busca de más petróleo.

 

Es importante señalar que a las  pocas centrales eléctricas equipadas con “CCS”,  hasta el momento no les ha ido muy bien, por lo tanto, según se conoció, el Departamento de Energía de EE.UU (DOE), ha invertido cientos de millones de dólares en proyectos fallidos de CCS, según informes del año 2021. Incluso se sabe que de 6 plantas de carbón, sólo una de ellas entró en funcionamiento y posteriormente dejó de trabajar cuando los precios del petróleo se desplomaron en 2020 (al inicio de la pandemia por covid-19) y según se sabe, al parecer volverá a estar en línea a finales de este año.

 

Estos no son los únicos proyectos de CCS, incluso hay muchos otros en proceso gracias en gran parte, a los incentivos fiscales y la inversión federal en nombre de la lucha contra el cambio climático. Se estima que la capacidad de CCS se cuadruplique a nivel mundial para el año 2030. Pero si hay algo que destacar es que según el estudio de la IEEFA aunque el optimismo es ambicioso, sin embargo, al final lo que queda es una incertidumbre que se suma al riesgo financiero.

 

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