Generalmente, cuando se habla de tecnología la gran mayoría de cosas se adquieren por necesidad no por lujo. La globalización ha llevado a la gran mayoría de persona a estar interconectadas constantemente para poder realizar negocios dentro y fuera de la oficina. Así, pues los cafés y los restaurantes se han convertido en sitios en donde se realizan exposiciones informales de proyectos que pueden dar origen a las futuras multinacionales.
En un mundo donde estar conectado y disponible para el cliente potencial es una necesidad, cada vez más se requiere acortar las distancias y separar las brechas entre los equipos para productividad ligera y los de hogares o de consumo para lograr la movilidad. Por lo mismo, la mayoría de usuarios no quieren tener que comprar varios equipos sino una misma terminal que les sirva para varios casos de uso.
Para estas tareas y usos tan diversos, existen los llamados “híbridos” o “2 en 1”, que pueden usarse como laptop o tableta y suelen incluir la capacidad táctil alineada con la rápida respuesta y larga duración de batería. Con la finalidad de fomentar la evolución e innovación hacia un mundo donde las terminales sean cada vez más más amigables con el usuario, Intel lanzó Core M, un procesador que puede llegar a:
- Ser hasta 50% más veloz,
- Más pequeño,
- Tener una potencia térmica hasta 60% más baja,
- Funcionar sin necesidad de ventilador o disipador.
Las características anteriores, además de mejorar el rendimiento, también contribuyen a que los computadores personales puedan tener una mejor apariencia, ayudando a los diseñadores a lograr una mejor línea y terminados armónicos, sin tener que lidiar con componentes de procesamiento del tamaño de una panela o ladrillo. Todo eso suele llegar a ser un beneficio para el usuario final que, desde su perspectiva, termina interactuando con un potente equipo que, además, es portátil.