En medio del debate por la prohibición de ingreso y uso de dispositivos móviles en los colegios en Francia (y de la vil copia del proyecto por parte de un legislador colombiano), hay algo que tenemos que aceptar: somos adictos a nuestros smartphones.
Un reciente estudio del Pew Institute ha concluido que 54% de los jóvenes, en Estados Unidos, aceptan (esta es la palabra clave de este estudio) que pasan demasiado tiempo en sus teléfonos celulares. Interesantemente, solo 36% de los padres admiten lo mismo.
72% de los jóvenes y 57% de los padres dicen que chequean sus teléfonos tan pronto se levantan. Y 58% de los jóvenes y 59% de los padres sienten que deben responder los mensajes que reciben de forma inmediata (sin importar la hora).
Y mientras son más los adultos que aceptan que sus teléfonos afectan su foco y concentración (39% vs 31%) son más los jóvenes (56%) y en especial las niñas quienes aceptan que no tener su celular cerca les produce ansiedad, tristeza e incluso soledad.
2 de cada 3 adultos muestran preocupación porque sus hijos no les ponen atención cuando hablan en persona (y 57% ha tomado medidas para limitar el tiempo que sus hijos pasan en frente de sus pantallas). Pero, interesantemente, la mayoría de los jóvenes (51%) siente lo mismo de sus padres (es decir, que sus padres se distraen cuando están hablando por culpa de los celulares).
Si quiere ver los resultados completos del esutdio siga este link.
La mala noticia es que hay legisladores que creen que eliminando el acceso a los dispositivos en ambientes controlados (y controlables) se soluciona el problema. La buena noticia es que cada hay más herramientas para que aprendamos de los efectos de estar 100% del tiempo conectados, hoy somos capaces de aceptarlo y cada vez hay más herramientas para que nos autogestionemos y ayudemos a nuestros hijos a hacerlo (de eso hablaré en mi siguiente post).
