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Ministra, ¿En qué se diferencia Uber de un Hotel o de una Empresa?

El problema de la discusión del tema de Uber es que no se separan los diferentes servicios que presta a sus usuarios y no se les mira con la debida objetividad

Da risa ver a los taxistas hablar de Uber y quejarse de que su “servicio es ilegal”; de cuál servicio hablan, de UberPet? O de UberAngel? Se estarán refiriendo a UberCóptero y su primo para el Stereo Picnic? De pronto se refieren a UberEat, el más reciente servicio lanzado por la compañía en algunas ciudades de Norteamérica. O de pronto a los Perfiles Familiares que acaban de anunciar y por medio de los cuales los miembros de una familia pueden compartir un mismo medio de pago y tener visibilidad de dónde están sus seres queridos cuando toman un Uber. 

Da más risa ver a personas que deberían entender un poco más del tema, como el MinTic Colombiano, decir pendejadas como “no es lógico que un taxi tenga que adquirir póliza para poder operar, mientras que un Uber no” sin diferenciar las condiciones legales y jurídicas bajo las cuales se prestan los servicios de UberBlack (los vehículos de transporte público individual especial – o sea los “taxis blancos”) y UberX (los vehículos particulares que están inscritos en la plataforma). 

Es más, lo más llamativo de lo que ha ocurrido con el tema de Uber en Colombia es que precisamente, y gracias al mismo actuar de los “paramilitares de la calle”, muchos de los usuarios de Uber pasamos de escoger UberBlack – que funciona 100% acogido a la ley (ya voy a hablar del tema) – a utilizar exclusivamente UberX, a pesar de que son estos – y solo estos – los que operan en una zona gris creada por la falta de celeridad, claridad y transparencia y el analfabetismo digital del equipo de la Ministra Natalia Abello, que creen que crear una categoría nueva – ahora de carros negros – resolverá el problema.  

Hablemos de los taxis blancos. Ese vehículo que bajo la legislación vigente puede ser contratado por una empresa, por un colegio, por un hotel, etc., etc. para transportar a sus empleados, estudiantes o clientes. 

A los ojos del MinTransporte si el cliente (huésped) de un hotel solicita a través del hotel (puede ser por medio de una llamada, de un mensaje de texto o incluso a través de una aplicación para huéspedes) que un taxi blanco con el que el hotel tiene contrato lo recoja en x sitio (puede ser donde un cliente) y lo lleve a otro (no sé, por ejemplo un centro comercial) y luego coordina, también a través del hotel, que el taxi blanco lo recoja en un restaurante y lo lleve devuelta al hotel, el servicio es legal. Es más, en la medida en que el cliente ni siquiera le paga al conductor del taxi directamente sino que su relación (y la conductor) se limitan exclusivamente al hotel, el servicio es aún más transparente. 

Ahora piense en este escenario: un cliente de una compañía solicita a través de dicha compañía que un taxi blanco con el que tiene contrato lo recoja en un sitio y lo lleve a otro. Y no hay transferencia de plata entre el usuario y el conductor del taxi. Todo lo hace la empresa. Todo por medio de una aplicación móvil.

¿Es ese el pecado? No usar el teléfono o el WhatsApp sino una aplicación móvil?

¿En qué se diferencia Uber de un Hotel?

¿En qué se diferencia el ejemplo del cliente del hotel del ejemplo del cliente de Uber? ¿Por qué la Ministra (y sus secuaces) siguen reiterando que Uber debe constituirse como una empresa de transporte pero no dicen nada acera de los miles de hoteles, empresas o colegios que ofrecen el mismo servicio a sus empleados, estudiantes y/o clientes? Quien presta el servicio de transporte es el taxi blanco. Se lo presta a una empresa (Uber) que tiene unos clientes. Yo, como cliente, tengo un contrato con Uber para la prestación de algunos servicios – entre ellos el de gestionarme servicios de transporte individual. Es a Uber a quien le he dado mi tarjeta de crédito y a quien le pago. Es Uber quien le paga (todos los martes) a los conductores con los que ha firmado un contrato. Y el pago es a través del sistema financiero por lo que se puede rastrear y utilizar para asegurar que se pagan los impuestos, parafiscales y demás correspondientes. ¿Quién no quisiera un sistema así? ¿Quién preferiría un sistema en el que solo se mueve efectivo, no se declaran los ingresos reales, se evaden impuestos y se deja al conductor de un vehículo sin pensión o salud por la informalidad en que se manejan los dineros asociados a la operación? 

No sé ustedes pero cada día que pasa me doy más cuenta que en esta discusión hay “gato encerrado” y que en vez de querer arreglar el problema las autoridades están dándole vueltas a temas (como el de los carros negros) que nada tienen que ver mientras que el problema crece. Sólo esperemos a que no haya un muerto derivado de la necedad de Natalia. 

PS: Cuentas fáciles. Sólo en Bogotá se dice que Uber tiene 12mil taxis blancos y 25mil UberX. Cada uno le produce a Uber (un estimativo bajito de acuerdo a un sondeo realizado por TECHcetera) $300,000 mensuales a la compañía (esto es sólo el % con el que Uber se queda). 

  (12Mil + 25Mil) x $300,000 x 12 =  $133,200,000,000 o algo así como USD 41 Millones anuales.

Esa es la real razón de la discusión.

 

  1. Napoleón decía que no debe atribuirse a una confabulación lo que bien puede explicarse en la incompetencia. Será el caso de Uber parte de la apreciación napoleónica?

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