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Científicos se encuentran desarrollando corazones impresos en 3D

La idea es sencillamente ver cómo les va a estos órganos artificiales cuando se exponen a la dura radiación espacial.

Recientemente se ha descubierto que los científicos se encuentran desarrollando corazones impresos en 3D que planean lanzar a la Estación Espacial Internacional en 2027. Tal parece que la idea es sencillamente ver cómo les va a estos órganos artificiales cuando se exponen a la dura radiación espacial porque, si los humanos quieren viajar a las profundidades del espacio exterior algún día, requeriremos saber si nuestros corazones realmente pueden llevarnos allí. A continuación, todos los detalles al respecto.

 

Científicos se encuentran desarrollando corazones impresos en 3D

Detrás del emocionante e interesante plan, hay investigadores con un programa denominado “Pulse”. Financiado por el Consejo Europeo de Innovación, el sitio web de Pulse, logra enfatizar la importancia de generar materiales bioimpresos complejos,  así como también precisos y fácilmente manipulables para “hacer de la exploración espacial a largo plazo una opción mucho más segura y al mismo tiempo, más viable”. Sin embargo, hay que destacar que el equipo también explica que este esfuerzo incluso puede ayudar con los avances de la medicina basada en la Tierra (sobre todo en relación a las terapias contra el cáncer) que también exponen el cuerpo humano a una radiación intensa.

 

Si bien el proyecto de “PULSE” viene siendo bastante innovador en el sentido de que nunca antes se habían enviado corazones impresos en 3D a la ISS, los científicos han incursionado en la exposición de células cardíacas a condiciones espaciales en el pasado.

 

Un claro ejemplo de ello es que, varias instituciones como la Universidad Brown y así mismo, la Universidad Johns Hopkins trabajaron con la NASA para enviar algunas muestras de tejido cardíaco a la ISS en los últimos años, más recientemente como parte de la misión de reabastecimiento robótico CRS-27 de SpaceX. El propósito era poder observar  cómo cada célula sujeta, afectuosamente denominada  “tejido en un chip”, se contrae en condiciones de microgravedad y así mismo, aprender si el daño natural del músculo cardíaco se puede revertir, ya que el entorno espacial imita los efectos del envejecimiento en el ser humano, cuerpo, pero en avance rápido. Y ese viene siendo uno de una gran lista de varios otros experimentos interesantes procedidos del tejido en un chip.

 

Incluso, los astronautas estacionados físicamente en la ISS también monitorean de manera constante su salud cardiovascular para estudios cardíacos científicos activos, como el Vascular Echo de la Agencia Espacial Canadiense, que analiza cómo las arterias y los corazones responden a los cambios de presión arterial que se sabe que suceden en el espacio.

 

Sin embargo, hay que aclarar que por el contrario, “PULSE” espera enviar corazones artificiales completos al laboratorio en órbita terrestre, no muestras de células ni órganos en funcionamiento encerrados en cuerpos humanos.

 

Probablemente, el beneficio de esta técnica sobre la primera sería que replica de forma más óptima un corazón verdadero, y sobre la segunda sería que es fácilmente comprobable y controlable para experimentos de investigación determinados.

 

Según una descripción general del programa, los investigadores tienen la intención de construir estos corazones con lo que denominan “tecnología PULSE”, en referencia a un sistema que aprovecha lo que se conoce como “levitación magnética” y así mismo, “levitación acústica”.

 

Esencialmente, la levitación acústica utiliza ondas de sonido para suspender algo en el aire, mientras que la levitación magnética por ejemplo, aprovecha los campos magnéticos para lograr el mismo efecto. En el caso particular de PULSE, el propósito de estas 2 técnicas de levitación viene siendo permitir que los científicos manipulen a la perfección varias partes de un órgano bioimpreso (piensa, células e hidrogeles) de manera que la muestra logre reflejar de forma excelente a su verdadera contraparte.

 

Hay que tener presente que si la humanidad logra alcanzar el sueño de entrar en la era de la exploración del espacio profundo y habitar Marte algún día, los resultados de todos los estudios del espacio cardíaco, incluido el conocido como “PULSE”, podrían llegar a ser piezas vitales del rompecabezas.

 

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