Con el tiempo los proyectores han dejado de ser aparatos “suntuoso”, adminículos para “ver y no tocar”, objetos dignos solamente de los millonarios, para, finalmente, llegar a “mezclarse” con el “ciudadano de a pie” (aunque, la verdad sea dicha, en general, siguen siendo más costosos que los TVs).
Por lo mismo, ya no es para nada extraño ver un “aparatejo” como estos proyectores en la casa de una persona común y silvestre para fines de productividad y entretenimiento. No nos digamos mentiras: a quién no le gustaría complementar su teatro en casa con muy buen sonido y un “gadget” capaz de proyectar imágenes de más de 100″ (tamaño que actualmente sería bastante costoso para un Smart TV)?
La mayoría de los usuarios tiende a preguntarse si un proyector podrán llegar a reemplazar al TV en el día a día? La respuesta a esa pregunta depende del caso de uso de cada usuario, ya que hay productos que pueden agrupar diversas funciones.
Por lo mismo, lo mejor será dar algunos ejemplos para ilustrar las ventaja de cada uno en ciertas situaciones y, al mejor estilo de TECHcetera, dejar que cada cual saque sus propias conclusiones:
- Si lo que se necesita es imágenes en ultra alta definición (4K u 8K) y nada de movilidad (la fuente de la imagen no va a cambiar de lugar por meses), lo mejor es un Smart TV con muchas prestaciones y que no requiera condiciones de iluminación especial.
- Si la idea es adecuar ciertos espacios del hogar para eventos temporales de manera rápida para poder agrupar a cierto número de personas para ver deportes, películas, fotos, videos o similares, lo mejor es un proyector que sea fácil de mover y enfocar para lograr adaptarse al espacio.
- A nivel del retorno de la inversión, en la mayoría de los casos, la compra de un TV con resolución Ultra HD (4K) suele ser más asequible e implica menos preparación del espacio y costos de mantenimiento.
- En materia de simplicidad, el TV puede tener más ventajas ya que, una vez configuradas las fuentes del video o la imagen bien sea por cable, televisión nacional o streaming, basta con prender el dispositivo y, listo! En cambio, en el caso del proyector, se deben controlar aspectos como la iluminación, foco y la distancia de la proyección.
- En materia de actualizaciones, suele ser más fácil y factible que un Smart TV reciba actualizaciones de parte del fabricante en materia del sistema operativo y las aplicaciones para extender el caso de uso.
- Si se busca facilidad en materia de instalación, generalmente hay que tener en cuenta que al usar un proyector no se debe empotrar nada más allá de un telón, black-out, un muro o superficie plana, en cambio, en el caso del TV que, con excepción de Displace (un nuevo concepto que se anunció en el CES 2023), requieren una base bien sea de piso o de pared (para empotrarlo).
- A nivel de conectividad, los Smart TVs llevan la delantera, ya que, aunque existen proyectores con funcionalidades como Bluetooth o AirPlay, la convergencia de los televisores es más avanzada.
Finalmente, para los más puristas en el asunto, cualquiera de las dos opciones está bien! Es más, muchos hablan de tener un TV o proyector bruto (sin funciones Smart) y conectarlo a un set tipo “Top-Box” como el “Apple TV” o “Roku” para tener la oportunidad de gozar de todos los beneficios a nivel de actualizaciones y de una gran diversidad de Apps de contenidos tipo Streaming.
Como dicen por ahí: “unas por otras”. Ambos dispositivos tienen sus puntos fuertes, por tanto, la decisión de compra depende del caso de uso de cada cual.
