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Una década de tecnología casera

En la historia de mi tecnología casera aparecen soluciones a problemas triviales que lo podrían estar afectando a ud. también. O de repente solo se antoja de una comprita!

Si recuerdan, hace algunos días hablaba acerca de las razones para tener un servidor en casa. En mi columna de hoy quisiera ampliar ese concepto, y mostrar la evolución histórica de mi infraestructura vs. los casos de uso de toda esta tecnología. Se que para algunos de ustedes todo esto sonará a demasiada complejidad, pero es posible que en la evolución de mi tecnología ud. encuentre soluciones a muchas de sus quejas tradicionales con la tecnología casera.

Como casi cualquier usuario de tecnología, empecé hace unos diez años con un computador (Desktop PC) conectado directamente a internet. No era época de muchos servicios en la nube (hablamos del año 2001), así que la usabilidad básica era navegar en internet y usar las herramientas de productividad de Microsoft, incluido el Messenger, que utilizaba para conversar con mi familia., mientras vivía en el exterior. En ese momento empezaban a aparecer los MP3 y sobre todo entraba en furor el file sharing, aunque realmente la música se encontraba atrapada en el computador sin posibilidad de ser usada por fuera del computador. Posteriormente apareció también en mi vida, la fotografía digital, que también debía ser almacenada en el computador. El almacenamiento se convertía entonces en la mas importante característica de mi equipo. En términos de seguridad, lo mas importante era el antivirus de mi computador.
 
Tras mi matrimonio, y la necesidad de conectar un segundo computador a internet, empecé a buscar formas de compartir la conexión. Viviendo en Silicon Valley, me encontré que empezaban a popularizarse los routers y se empezaba a vislumbrar la tecnología inalámbrica, que resultaba en efecto muy práctica, pues vivíamos en un apartamento pequeño, el escritorio estaba dentro del cuarto e inmediatamente vislumbré la posibilidad de sacarla de allí para que trabajara desde el comedor.Así que compré un router SMC que ademas de 2 o 3 puertos de red cableada, soportaba redes inalámbricas 802.11b. desde luego para usarlas era necesario comprar una tarjeta inalámbrica de la misma marca.
 

 
La siguiente compra fue un iPod de segunda generación (mi primer producto Apple) , que me permitía finalmente sacar del computador el uso de la música y llevarla principalmente a mi carro. Obviamente, para este fin había que comprar también el iTrip, que conectaba el iPod con el radio del carro. El problema que no anticipaba era el crecimiento de la colección de música, gracias al caso de uso, de ambos iPod y Napster y el requerimiento de almacenamiento. La solución obvia era un disco duro externo, pero como verá mis soluciones nunca son las obvias, pues intento estar un paso adelante de la siguiente necesidad. Como quería acceder a la música tanto desde mi computador casero, como del computador corporativo, busque un disco que pudiera usar en ambos y descubrí una tecnología japonesa algo novedosa, el KuroBox que era un computador de bajo poder, que aprovechaba el uso de linux combinado con una capacidad de almacenamiento grande, para servir archivos a varios computadores que se encontraran en la misma red. Buscando, encontré que esta tecnología se conseguía relativamente económica bajo la marca Linkstation. Una ventaja adicional de comprar la Linkstation, es que venía (viene) con un servidor de impresión, lo cual nos permitió mover la impresora a la red e imprimir desde cualquiera de nuestros computadores.
 
Posteriormente, actualice a una siguiente versión de iPod para soportar fotografías y video y desde luego, las posibilidades del iPod sobre la plataforma de Mac eran mejores que sobre la plataforma de Windows. En la necesidad de una actualización me atreví a comprarle a mi esposa un Macbook y luego me deje llevar por la envidia y compré otro para mi. Usando el Mac descubrí además la usabilidad de Front Row, y me imaginé las posibilidades de conectar mi Mac al aparato de TV. Coincidencialmente por esa época, Apple lanza al mercado la primera versión del Apple TV, que compré casi de inmediato para mover música en especial, pero pronto video hacia la sala desde mi computador. Este movimiento requirió de una actualización de la red para soportar 802.11G.
 
Meses después agregándole video a la colección de medios desbordé completamente la capacidad de la Linkstation y actualicé a una versión con una ventaja adicional, no traía uno sino 4 discos que se podían hacer aparecer como uno solo en la red, pero que tienen la ventaja de que la información está duplicada a a través de los discos, de manera que si uno de ellos se daña, el usuario puede continuar accediendo sus archivos y reemplazar el disco dañado por otro nuevo sin afectar la usabilidad del almacenamiento. Compré entonces una Terastation que amplió mi capacidad de almacenamiento de 250gb a 1Tb. La primera versión del Apple TV tenia capacidad de almacenamiento, por lo que no era necesario mantener el computador encendido continuamente, pero al ser algo restringido, me llevó a investigar el manejo de la sincronización para mantener las canciones y películas mas populares tanto en el Apple TV como en el iPod. 
 
Y aparece en mi vida el Blackberry que me despegó del computador para leer correo electrónico, pero que traía consigo problemas complejos de sincronización de contactos y calendarios con la plataforma Mac. Afortunadamente apareció de inmediato también el iPhone (tuve que esperar a la segunda versión, por estar atado a 2 años de contrato) y visualicé de inmediato que quería tener acceso móvil a mis archivos. desde luego era posible, puesto que toda la información estaba centralizada en la NAS. También empecé a hacer backups remotos de la información (luego de perder algunas fotografías en el daño del disco duro de mi macbook). Uno de los problemas mas molestos como usuario era mantener sincronizados los archivos de trabajo entre 2 computadores. Descubrí un servicio, Foldershare, que luego compró y desapareció Microsoft, que justamente permitía mantener un folder en dos computadores sincronizado a través de internet. Descubrí también a Hamachi, que hacia aparecer a dos computadores como si se encontraran en la misma red, a pesar de estar en diferentes lugares físicos. La infraestructura permitía mover y guardar información fuera de mi casa.
 
Con la llegada de los niños, el uso del Apple TV para ver películas de Disney, en especifico era cada vez mayor. Mi algoritmo para mantener las películas mas populares disponibles empezaba a fallar por falta de capacidad de almacenamiento en el Apple TV, lo cual me obligaba a dejar el laptop en casa y encendido continuamente.  Mi siguiente compra fue un iMac que tomó el lugar fijo del laptop. El iPhone era mi medio de consumo de información mas usado. Empezaba a buscar la manera de llevar mis archivos de trabajo al iPhone. Investigando descubrí que OS X, tenía una VPN embebida y aunque necesitaba de un conocimiento técnico algo complejo para ponerla a funcionar, con un poco de tiempo y dedicación en un par de meses estaba conectando el iPhone a la red casera y moviendo archivos. También encontré una aplicación para el iPhone que permitía acceder a la música remotamente desde cualquier lugar del mundo, algo que liberaba capacidad de almacenamiento en el iPhone.
 
Un cambio profesional con requerimientos de movilidad mas fuertes, me empujó a comprar un iPad buscando descargar peso de mi maletín, pero puso mayor presión para encontrar una forma de acceder y usar mi información remotamente. Ya estaba montando sobre aplicaciones como Google Apps y servicios de almacenamiento como Box.com y DropBox, que me permitían usar la información y compartirla con terceros sin mayores problemas. pero su capacidad de almacenamiento era insuficiente, en el caso de DropBox, y Box, que me regaló 50Gb por bajar su aplicación a mi iPad no se sincronizaba automáticamente. Apple rebaja en ese momento el valor de su sistema operativo para servidores, que además se puede instalar en cualquier computador moderno con Mac OS X y decido ensayarlo. 
 

 
OS X Server no es un sistema complejo, pero debo decir que me ha tomado cerca de seis meses tenerlo funcionando como creo que debe funcionar. Desde luego, entre mas investigo, mas casos de uso encuentro. En esencia, hay tres razones para usar OS X server en casa. Lo primero es que permite compartir la infraestructura, es decir que puedo pasar del iMac al Macbook de manera transparente, pues la información vive en el servidor, no en los computadores, liberando la presión de niños y esposa por usar el computador que “si puede hacer tal o cual cosa”. La segunda es que la centralización de la información es total y funcional. Puedo entrar a mi servidor desde cualquier lugar o computador del mundo con solo saber la dirección y mi usuario y clave. Pero el mayor impacto ha sido sobre el consumo de medios, que ahora es completamente transparente y disponible independientemente de quien este usando el computador de la casa. Tengo ya algunas restricciones de espacio en disco, que solucionaré pronto, pero he empezado a compartirle a algunos familiares y amigos espacio para hacer su backup en mi sistema. La conectividad y productividad es total, irrelevante de donde me encuentre bajo este esquema. 
Para el año 2013 estoy planeando consolidar el servidor casero, llevándolo a una maquina dedicada. Esto con el fin de liberar recursos del iMac y arreglar un par de incompatibilidades que tiene el usar el mismo computador como servidor y para los usuarios al mismo tiempo. También llegó el momento de actualizar el almacenamiento, que se empieza a quedar corto y es “medio compatible” con las ultimas versiones de Mac OS x. Tengo la intención de mirar un Drobo y buscar llegar hasta 4Gb de almacenamiento (en RAID se reducen a 2gb). 

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