Apple continúa trabajando para disminuir su dependencia de China en su cadena de abastecimiento. Esto en respuesta a los costos incurridos por los cierres que se vivieron durante el pico de la pandemia del COVD-19, que se estimaron en cerca de mil millones de dólares semanales, la continua tensión geo-política entre los gobiernos de Estados Unidos y China y algunas medidas tomadas por el Partido Comunista Chino relacionadas con la prohibición de uso de dispositivos de la compañía por parte de sus funcionarios.
Un reciente reporte de Bloomberg destaca que a la fecha cerca del 15% de los iPhones producidos en este año fiscal han sido producidos y ensamblados en China, lo que le permitirá a la compañía cumplir con la meta de trasladar al menos 1/4 de su producción a dicho país para el 2025.
La medida viene acompañada de un empuje gigante de mercadeo y ventas en el que es hoy, no solo el país más populoso del planeta, sino una de las economías más atractivas del mundo y en el que Apple espera repetir lo logrado en China en la pasada década gracias un crecimiento importante de la clase media y alta. Un empuje que incluye la apertura de sus primeras tiendas físicas en India
