Tremendo titular, ¿no? pero es cierto. Vamos por partes. Para 2023 el 10.7% de todos los carros vendidos en el mundo, son de Toyota, lo que hace que casi duplique a su más cercano competidor, Volkswagen. Sin embargo; en nuestras calles no vemos carros eléctricoscarros eléctricos de la marca japonesa, ¿hay una razón para eso?.
La verdad es que sí. Toyota lleva años perfeccionando la tecnología hibrida y de hecho, es de las pocas marcas que aún apuestan por carros a hidrógeno. En palabras de su anterior CEO, Akio Toyota, los carros eléctricos “están sobrevalorados y nunca ocuparán una porción participativa del mercado”. Quizás tenga razón, quizás no, pero lo que sí es claro es que el nuevo CEO Koji Sato, es más moderado y habla de un enfoque múltiple advirtiendo que la electrificación total, es a todo juicio, imposible de ser lograda sin serias consecuencias.
Lo cierto es que la electrificación al 100% es, simplemente barrer y meter el polvo debajo del tapete y más en países como Estados Unidos. Listo, digamos que todos los carros en ese país se vuelven Tesla (que horror), eso realmente resuelve poco o nada, sino es que lo empeora.
A los actuales ritmos de demanda, toda la producción de energía eléctrica debería doblarse para el 2050, es decir, para 2030 debería añadirse a la capacidad productiva de 525 a 860 Terawatts/hora. Teniendo en cuenta que la mayoría de energía en esa parte del mundo proviene de fuentes no renovables, el CO2 que no saldrá del exosto de carro, saldrá de las chimeneas de las productoras de energía.
Además hay otro serio problema de infraestructura, ya que en un escenario conservador, hay que construir cerca de 3.4 millones de estaciones de carga adicionales, que, ya de por sí es una meta ambiciosa, pero tengamos en cuenta que no es lo mismo que construir estaciones de servicio de gasolina, en la que uno está unos pocos minutos. Acá hay diversas velocidades de carga, que cambian el tiempo de estancia y circulación, aún no sabemos cómo resolver esto a una escala gigantesca. Además de los retos financieros ya que en palabras de la propia Tesla los costos de instalación de cada electrolinera son de mínimo, USD 200.000.
Carros Sucios
Hasta el momento, solo hemos hablado de la generación de energía, pero, ¿qué pasa con la construcción de los propios carros?. La verdad es que, Tesla por ejemplo tuvo su año más sucio de la historia en 2023.
De nuevo, puede que nada salga del exosto, pero el ensamblaje de los mismos, es otro asunto. En el informe de sostenibilidad 2023 de Tesla, admitieron que sus emisiones de CO2 aumentaron 10 millones de toneladas métricas, llegando a un total de 50 millones, o lo mismo, un incremento del 20% con respecto al año anterior.
Esto, se debe en gran medida a toda la cadena de proveedores de la marca americana, lo que quizás no sea su culpa, pero claramente es su responsabilidad. Y eso que no hemos hablado del desastre ecológico que significa para naciones en Africa las minas, cuestionables cuando menos, de Cobalto, Litio y Níquel, minerales indispensables para la construcción de un vehículo eléctrico.
Volviendo a Toyota, ellos dicen que cuando se mira la huella de polución de un vehículo, esta debe medirse a través de todo su ciclo de vida. Desde el tipo de fuente de energía, hasta los materiales y cómo se puede reciclar. Según esta lógica en palabras del señor Sato, “por cada Tesla model 3, puedo crear 10 Prius (híbridos)”.
El tiempo dirá cómo se resuelve esta diferencia de enfoques entre los eléctricos y los otros, la verdad es que, cuando se trata de crear un impacto positivo en el mundo, al parecer, no hay formula mágica o única manera correcta de hacerlo.
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Andrés Felipe Sánchez