La idea era interesante y, tal vez, demasiado ambiciosa. Crear una plataforma de streaming de juegos donde la consola no fuera el centro sino donde los usuarios pudieran jugar donde quisieran, cuando quisieran, como quisieran y desde no quisieran.
Así nació Stadia en el 2019. Con una promesa de valor que en su momento vimos como revolucionaria y de la cual dijimos:
Si Google logra cumplir con la promesa de lo que mostró hoy va a poner patas arriba el mercado.
Puede acabar con el negocio del XBox y de Playstation.
Puede abrir la puerta a un modelo de distribución que no hemos visto nunca en esta escala.
Si Google puede cumplir con la promesa mostrada hoy, lo que Netflix le hizo a Blockbuster va a ser un juego de niños comparado con lo que puede lograr.
Pero no. Stadia jamás logró la masa crítica -de Partners, de Publishers, ni de Usuarios- para convertirse en un jugador relevante en el mercado y en tener un modelo que fuese rentable.
Por eso, el día de hoy su Presidente y Gerente General Phil Harrison anunció en un blog post que el servicio será desactivado a partir de Enero del 2023. Quienes adquirieron controles a través del Google Store y juegos para la plataforma recibirán reembolsos.