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Ser Nativo Digital y ser Alfabeta Digital no es lo mismo (y eso es grave)

Los nativos digitales demuestran que a pesar de manejar la tecnología con los ojos cerrados no tienen los skills para ser alfabetas digitales

Tal vez el error más grande que cometen los padres de Nativos Digitales -esos niños y niñas que han nacido con la tecnología en sus manos y que parecen dominar los aspectos técnicos de la misma de forma natural- es confundir su habilidad técnica con la capacidad para entender las consecuencias de lo que hacen en línea, de lo que comparten y de con quién lo hacen y los peligros a los que se enfrentan.

Es algo que todos los que hablamos de Ciudadanía DigitalCiudadanía Digital recalcamos una y otra vez. Y, sin embargo, el tema parece ser más complejo de lo que muchos pensábamos.

O por lo menos eso indican Los resultados del International Computer and Information Literacy 2018 study , un estudio de más de 42 mil estudiantes en 14 países que busca determinar el nivel de “Alfabetismo Digital” de estudiantes de 8º grado.

Ser Nativo Digital no implica ser Alfabeta Digital

Pero ¿Qué es ser Alfabeta Digital? El International Association for the Evaluation of Educational Achievement, quien realizó el Estudio, incluye en su definición temas como la capacidad para buscar información, el poder discernir entre información falsa y verdadera, habilidades para procesar, condensar, producir resultados a partir de esta y comunicarla de forma efectiva. Se enfoca en temas como pensamiento crítico, el uso autoregulado de los dispositivos y la autoadministración de tareas en un ambiente digital liderado por dispositivos móviles.

Y, según el análisis realizado, sólo el 2% de los estudiantes evaluados obtuvieron resultados de nivel avanzado y sólo un 19% adicional demostraron capacidades asociadas al alfabetismo digital en niveles que estén acordes a su calidad de nativos digitales.

Eso quiere decir que 8 de cada 10 niños no tienen los skills necesarios para ser autosuficientes en un mundo en el que la tecnología es la puerta para el conocimiento y el mecanismo principal de comunicación y producción de valor.

Eso quiere decir que 8 de cada 10 niños no pueden separar lo falso de lo real, no pueden procesar información y no pueden generar contenido a partir de datos que encuentren en internet.

Los resultados del estudio demuestran, aún con más peso, que la habilidad técnica poco tiene que ver con la capacidad para solucionar problemas complejos, pensar críticamente, trabajar en equipo y autoregularse.

Y también confirman la importancia de repensar el modelo educativo, de incorporar tecnología no como tecnología sino como un mecanismo para complementar la enseñanza y para crear esas habilidades del siglo XXI que necesitarán nuestros hijos e hijas para ser productivos y competitivos en un ambiente cada vez más dinámico, ágil y complejo en el que no solo compiten con personas de todo el mundo sino en el que incluso tendrán que competir y trabajar con máquinas que harán parte de su trabajo mejor que ellos.

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