La semana pasada supimos que no sólo el 80% de los smartphones vendidos en el 2022 fueron iPhones sino que el celular más vendido en el mundo todos los meses del año fue un equipo de marca Apple.
Y es que desde su lanzamiento en el 2007 el iPhone ha sido un negocio importantísimo, no sólo para la compañía (sus ventas, que en algún momento representaron 78% del total de ingresos de la compañía, siguen representando más de la mitad de los ingresos de la compañía) sino para la economía del mundo con la creación de mercados como el del App Store o el de los accesorios que mueven miles de millones de dólares cada año.
Pero, ¿qué tan grande es realmente el negocio del iPhone?
$205 mil millones de dólares generó el iPhone en ventas durante el 2022. Un 52% del total de los ingresos de la compañía durante el año fiscal. Apple no es el fabricante más grande de teléfonos, a nivel de unidades, pero sí es quien se lleva la mayor parte en ventas ($) y en utilidades. Comparando el negocio del iPhone, con los resultados financieros (completos) de otras compañías tecnología uno entiende la magnitud del negocio:
El sólo negocio del iPhone es igual (en realidad un poco más) que todo el negocio de Microsoft. Es el doble del negocio de Dell y más de 3x los negocios de compañías como Intel, HP o IBM, por mencionar algunos.
Las ventas del iPhone son casi del tamaño del PIB de Perú o de Grecia o el doble del de Ecuador o Puerto Rico.
¿Y Samsung?
Mientras que el iPhone produjo $205 mil millones de dólares en 2022, todas las lineas de negocio de Samsung juntas produjeron $232 mil millones de dólares. Es decir que el iPhone por sí solo representa casi un 89% del total de los ingresos del gigante surcoreano, incluyendo microprocesadores, pantallas, televisores, lavadoras, hornos y hasta tanques. Si comparamos manzanas con manzanas (pun totally intended 🤪) entonces hay que mirar los ingresos de Apple (no sólo del iPhone) que ascendieron a $394 mil millones de dólares, un 69% más que el de su competidor.
¿Para dónde el iPhone?
Apple tiene claro que tiene que cuidar su “vaquita lechera” y que no puede poner en riesgo la mitad de sus ingresos. Tal vez por eso hemos visto una evolución más parca del dispositivo en los últimos años. Algunos la pueden llamar aburrida pero la verdad es que yo la veo más como predecible, cautelosa, enfocada en el perfeccionamiento de algo que la compañía sabe que se vende y que no tiene competencia (escribía hace un par de semanas sobre lo predecible (y perfecto) que es el iPhone 14 Pro Max y veíamos en el listado de celulares más vendidos del 2022 que el flagship se coronó como el smartphone más vendido del planeta en Septiembre, Octubre y Noviembre a pesar de su alto precio).
Pero es claro que algo tiene que pasar más allá de nuevos lentes, procesadores más rápidos y specs mejorados. Pueda ser que la compañía le esté apostando a un reemplazo total del dispositivo con el viraje hacia unas gafas de realidad mixta (que no comenzará antes de 3-4 años porque la tecnología no está lista y que tomará al menos otra década en materializarse). O pueda ser que el próximo año Apple entre al mercado de los plegables (aunque en mi humilde opinión si lo hace debería comenzar con un iPad mini plegable). La verdad es que estamos en un punto interesantísimo de la historia porque el iPhone sigue siendo el dispositivo contra el que todo el mundo se compara y uno de los pocos que se vende y produce utilidades. Uno de los inventos más importantes de la historia y al que toda le queda mucha tela por cortar.