Decir que la salida de Sam Altman es el evento más inesperado del mundo tecnológico desde que la junta directiva despidió a Steve Jobs en 1985 es un understatement. Altman no es sólo uno de los 2 cofundadores de OpenAI sino que además es la cara más visible de la que, hasta el jueves pasado, era la compañía más importante del 2023 (se los dijimos desde enero).
¿Qué pasó?
Fácil: el Board of Directors despidió a Sam Altman el pasado viernes indicando:
“La salida del Sr. Altman sigue a un proceso de revisión deliberativa por parte de la junta, que concluyó que no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta, lo que dificulta su capacidad para ejercer sus responsabilidades. La junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI.”
Esto derivó en que Greg Brockman, Presidente de la compañía renunciara ese mismo día. Con él, varios empleados de todos los niveles anunciaron su partida y comenzaron una campaña en torno a que “OpenAI no es nada sin su gente”.
Y aunque inicialmente la Junta designó a Mira Murati, la CTO de la compañía como CEO interina, este fue rápidamente reemplazada durante el fin de semana por Emet Shear, fundador de Justin.tv (que luego se convirtió en Twitch, una compañía que vendió a Amazon hace ya unos años por cerca de $1000 millones de dólares).
Ahora, Altman es el nuevo CEO de una nueva división de investigación avanzada de Inteligencia Artificial dentro de Microsoft junto con Brockman.
We remain committed to our partnership with OpenAI and have confidence in our product roadmap, our ability to continue to innovate with everything we announced at Microsoft Ignite, and in continuing to support our customers and partners. We look forward to getting to know Emmett…
— Satya Nadella (@satyanadella) November 20, 2023
Y no es solo Brockman. Jakub Pachocki, el director de investigación de OpenAI, Szymon Sidor, científico investigador de OpenAI y el jefe de preparación Aleksander Madry también se unen a Microsoft en puestos de liderazgo de esta nueva división.
Un poco de Historia para Entender la Situación
Lo primero que hay que entender es que OpenAI fue creada como una organización sin ánimo de lucro con la misión de desarrollar inteligencia artificial “segura y beneficiosa para la humanidad” que no estuviera bajo el interés económico que compañías como Google, Microsoft, Amazon y Apple pudiesen tener al comercializar sus productos. Elon Musk y Sam Altam fueron sus primeros directores y crearon una junta directiva alienada a esos principios.
En 2018 y después de un intento fallido por tomar control de la operación Musk se retiró del proyecto. Y en el 2019 la organización sin ánimo de lucro creó una subsidiaria, una compañía con ánimo de lucro, con el fin de atraer talento e inversiones que permitieran fondear los proyectos de investigación. Uno de los primeros inversionistas en esta nueva compañía que le dio a Open AI no sólo $1000 millones de dólares sino la capacidad de cómputo requerida para entrenar los diferentes modelos de IA en los que la compañía trabajaba. A comienzo de este año, y luego del rotundo éxito que Dall-E y ChatGPT tuvieran desde su lanzamiento el año pasado, esa relación de Microsoft y OpenAI se estrechó aún más con una nueva inversión de más de $10.000 millones de dólares y un partnership en el cual los motores de OpenAI se integraron con Bing, con Office y ahora con todo Windows a través de la presentación de Co-Pilot.
Así las cosas Open AI, la organización sin ánimo de lucro, sigue manteniendo su visión original de desarrollar IA con las precauciones necesarias para que sea “buena para la humanidad” así eso implique pausar los desarrollos mientras que Open AI, la compañía, tiene un incentivo monetario para ir lo más rápido posible. Y sigue siendo la dueña de la compañía, a la cual controla a través de su junta.
La junta tenía 6 miembros hasta la semana pasada: Altman, Brockman e Ilya Sutskever, el Chief Scientist de Open AI, junto con 3 miembros externos: Adam D’Angelo, el CEO de Quora y quien fue CTO de Facebook por varios años, Tasha McCauley y Helen Toner, quien ha sido la directora de estrategia de del Centro de Seguridad y Tecnología Emergentes de Georgetown durante casi cinco años. Toner, el año pasado. Si quiere entender la posición de Toner con respecto a la IA vea esta declaración que dio el año pasado al Journal of Political Risk.
“Construir sistemas de IA que sean seguros, fiables, justos e interpretables es un enorme problema… Las organizaciones que construyen e implementan IA también tendrán que reconocer que vencer a sus competidores al mercado será en vano si los sistemas que están lanzando son defectuosos, hackeables o impredecibles”
Posibles Razones
Las diferencia de opinión entre Altman e Ilya Sutskever, no son secreto. Mientras que Altman parece cada vez más emocionado de las posibilidades, Sutskever parece cada vez más preocupada por los riesgos de los más recientes desarrollos e, incluso, creó un equipo especializado al interior de la compañía para asegurar que las nuevas versiones de GPT-4 no “sean perjudiciales para la humanidad”, algo que reportó el New York Times en su momento.
Con el cambio de parecer de Sutskever se rebalanceó el poder en la junta. 4 miembros que creen que todo va muy rápido (y que se ve con el nombramiento de Shearl como CEO) y 2 que querían seguir a la velocidad que venían trabajando.
Ahora la junta (y Sutskever) se quedaron sin el pan y sin el queso. Más del 90% de los empleados de OpenAI están amenazando con irse si no hay un cambio de Junta. Altman y su combo tendrán billetera abierta para montar su nuevo proyecto y traerse a todo el que que quieran y el futuro de Open AI está en veremos.