El Note 7 ha muerto. Oficialmente!
No lo digo yo. Lo dice el mismísimo Samsung (en este link puede ver el texto del comunicado), quien el día de hoy y luego de una serie de eventos infortunados no ha tenido más remedio que suspender todas las ventas de Galaxy Note 7 a nivel mundial – sin importar el modelo – y solicitar a todos sus usuarios que apaguen sus dispositivos inmediatamente y los reemplacen por otros dispositivos de la marca.
Si Ud compró su Note en un operador celular podrá cambiarlo por cualquier otro teléfono de cualquier marca a pedir de vuelta su dinero.
Luego de la debacle de sus pilas explosivas, la cual obligó a la compañía a recoger cerca de 2.5 millones de unidades y reemplazarlas por unidades “seguras”, se han conocido al menos 5 casos de dispositivos de reemplazo que han contraído fuego.
Y todo cuando pensamos que lo peor ya había pasado y que el impacto financiero del “recall” no había sido tan alto (la semana pasada la compañía mantuvo sus expectativas de crecimiento para el trimestre actual) como originalmente se especuló (USD 1,200 Millones sigue siendo mi estimado).
Ahora, el rey de los smartphones le ha dado la estocada final a su “más iconico” dispositivo de una vez por todas.
Será un golpe duro. Será un golpe al “market share” – en especial en la categoría de phablets, – será un golpe a la imagen y a la marca de la compañía; será un golpe a las finanzas (no solo este trimestre sino el que viene) y será un golpe a los inversionistas.
Pero es lo correcto; sobretodo si lo que quiere hacer la compañía es defender la marca y proteger sus otros dispositivos, especialmente aquellos que le generan las pocas utilidades que obtiene (Samsung se hace al 9% de todas las utilidades operativas del sector) de la venta de smartphones como el S7 y el S7 Edge.