Muchos se ilusionaron cuando vieron la presentación de las funcionalidades que, a partir de inteligencia artificial generativa, llegarán a Microsoft 365.
Y no es para menos. Copilot promete permitir la creación de documentos y de correos a partir de unos pocos prompts, crear resúmenes de documentos y reuniones casi que instantáneamente y la posibilidad de hacer análisis de datos sólo con escribir un par de frases, dentro de las aplicaciones que miles de personas usan a diario, es un game changer para quienes buscan aumentar la productividad de sus empleados.
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Pero como con el resto de sus soluciones corporativas (sí Satya, estoy hablando de los precios de Power Automate), la compañía se ha ido por lo alto en la definición de precios y cobrará, además de la suscripción a la edición que su empresa escoja de Microsoft 365 (E3, E5, Business Standard o Business Premium), un precio adicional de USD 30 mensuales, un monto nada despreciable sobre todo si se tiene en cuenta la cantidad de usuarios que hay por empresa.
Es claro que Microsoft necesita recuperar la inversión que ha hecho en su alianza con OpenAI y que el servicio ofrece un valor agregado gigante, para quienes de verdad le saquen el jugo. Pero creo que no aguantará mucho en ese price point si se tiene en cuenta que Google está lanzando prácticamente las mismas funcionalidades para los usuarios de Google Workplace, que todos los días salen servicios de IA nuevos y que los fabricantes de aplicaciones empresariales como Oracle, SAP, Zoom y Salesforce, entre otros, están lanzando sus asistentes digitales propios, lo que podría llevar a que dejen de usar incluso la suite de productividad de Microsoft.
