Durante el Gold Rush norteamericano de mediados de los 1800 quienes más se enriquecieron no fueron solo los dueños de las minas. Fueron quienes vendieron y alquilaron las picas y las palas a quienes llegaban esperanzados de encontrar oro, quienes tendieron las líneas del ferrocarril que sirvieron para sacar ese oro de California y quienes construyeron la cadena logística para la extracción de oro fuera un negocio rentable.
Casi 2oo años después, ahora con el AI Rush, la historia se repite: Si OpenAI, Microsoft y Google son los “dueños de las minas” Nvidia es quien provee todas las herramientas.
Nvidia provee las picas y las palas, al igual que las líneas de ferrocarril de este nuevo Gold Rush
Y es que, más allá de lo que ChaGPT, Midjourney, Copilot y Gemini pueden hacer hoy en día, la Inteligencia Artificial Generativa es un tecnología profundamente transformacional que impactará todo pues está sirviendo de base y plataforma para avances en medicina, investigación científica y robótica (desde carros autónomos hasta robots humanoides como los de Figure.ai que acaba de recibir casi $700 millones de dólares de los principales líderes tecnológicos del planeta), entre otros.
Para que esos algoritmos procesen la data, para que esos robots funcionen, para que ChatGPT nos responda, para que esos carros no se estrellen, se necesita poder procesar de manera muy particular la información sobre la que se toman las decisiones, y para ello se necesitan chips especializados.
Y el 70% de esos chips los produce Nvidia. Una compañía que hasta hace menos de 5 años era tratada como un apéndice a los chips de Intel que había en todos los computadores y servidores del planeta. Una compañía especializada en temas gráficos que, de la noche a la mañana se dio cuenta que los algoritmos de IA corrían de forma más eficiente en su arquitectura y que el trimestre pasado generó ventas por más de $22 mil millones de dólares, un crecimiento de 265% (!!!!!) con respecto al mismo trimestre del año anterior.
Nvidia no da a basto para satisfacer la demanda por sus productos y eso la ha convertido en la nueva estrella de Wall Street. En los últimos 5 años, el precio de su acción ha crecido más de 1900% y tan solo en lo que va corrido de este 2024 su capitalización de mercado ha aumentado en más de 60% llevándola a sobrepasar los $2000 millones de dólares.