Hace algunos días, un experto de la industria publicó una publicación mordaz contra una firma líder de consultoría de TI, aseverando que en vez de contratar los servicios de esta empresa por millones de dólares, simplemente use ChatGPT de forma gratuita. Cabe aclarar que, este es su razonamiento: los consultores simplemente obtendrán sus respuestas o consejos de ChatGPT de todos modos, así que sencillamente evite al tercero y vaya directamente al chatbot de OpenAI. Es de resaltar que, existe una lección valiosa para cualquiera que contrate o busque ser contratado para trabajos con uso intensivo de Inteligencia Artificial (IA), ya sean desarrolladores, consultores o incluso usuarios comerciales. El mensaje de esta crítica es que cualquiera, incluso con habilidades limitadas o insuficientes, ahora tiene la capacidad de poder usar la IA para salir adelante, o parecer que está al tanto de las cosas. Debido a esto, el campo de juego se ha nivelado. Se necesitan personas que puedan aportar perspectiva y así mismo, pensamiento crítico a la información y los resultados que brinda la IA. A continuación, todos los detalles acerca de si, los pensadores críticos son más importantes que los expertos en IA.
Pensadores críticos y expertos en IA
Es crucial señalar que, incluso los tecnólogos cualificados o los expertos en la materia pueden caer en la trampa de depender demasiado de la Inteligencia Artificial para su producción, en vez de su propia experiencia.
Cabe acotar que, ésa es la idea de Esquire Bank, la cual brinda financiación especializada a bufetes de abogados y quiere gente que entienda el negocio y lo que la Inteligencia Artificial puede hacer para hacer avanzar el negocio. Kyall Mai, director de innovación de Esquire Bank, compartió recientemente sus experiencias y perspectivas sobre la IA.
Mai, quien ascendió de rango desde codificador hasta CIO multifacético, sostiene que la Inteligencia Artificial sea posiblemente una de las herramientas más valiosas para optimizar la productividad que existen. Pero, también le preocupa que depender excesivamente de la IA generativa (bien sea para el contenido o el código) reduzca la calidad y al mismo tiempo, la agudeza del pensamiento de las personas.
Mai ha señalado, “Nos damos cuenta de que tener cerebros y resultados fantásticos no es necesariamente tan bueno como el de alguien que esté dispuesto a tener un pensamiento crítico y dar sus propias perspectivas sobre lo que la IA y la IA generativa te aportan en términos de recomendaciones. Queremos que las personas que tengan la conciencia emocional y de sí mismos digan: ‘Hmm, esto no se siente del todo bien, soy lo suficientemente valiente como para tener una conversación con alguien, para asegurarme de que haya un ser humano al tanto”.
Si hay algo importante que señalar es que, Esquire Bank se encuentra adoptando ambos lados de la Inteligencia Artificial: generativa y predictiva, empleando herramientas de Salesforce.
La IA predictiva proporciona a los responsables de la toma de decisiones del banco información sobre “qué abogados visitan su sitio y les ayuda a personalizar los servicios en función de estas visitas”, ha afirmado Mai, cuya función de CIO abarca tanto la participación del cliente como los sistemas de TI.
Es de aclarar que, como banco totalmente virtual, Esquire emplea varios de sus sistemas de Inteligencia Artificial en sus equipos de marketing con una fusión de contenido generativo entregado por IA y algoritmos de Inteligencia Artificial predictivos de back-end.
Mai ha afirmado, “La experiencia es diferente para cada uno. Así que estamos usando IA para predecir cuál debería ser el próximo conjunto de contenido que se les entregará. Se basan en todos los análisis detrás y en el sistema sobre lo que podemos hacer con ese cliente potencial en particular”.
Al trabajar estrechamente con la Inteligencia Artificial, Mai logró descubrir un giro interesante en la naturaleza humana; las personas tienden a ignorar su propio juicio y diligencia conforme se vuelven dependientes de estos sistemas.
Entonces, cuando Mai percibe ese nivel de dependencia excesiva de la IA, ha comentado, “Los llevaré a mi oficina y les diré: ‘Te estoy pagando por tu perspectiva, no por un mensaje y una respuesta en IA que me vas a conseguir’. Solo tomar los resultados y devolvérmelos no es lo que estoy buscando, espero tu pensamiento crítico”.
Aun así, alienta a los miembros de su equipo de tecnología a delegar las tareas de desarrollo mundanas en herramientas y plataformas de Inteligencia Artificial Generativa y liberar su propio tiempo para trabajar más estrechamente con la empresa.
“Los programadores están descubriendo que el 60 por ciento del tiempo que dedicaban a escribir era para código administrativo que no es necesariamente innovador. La IA puede hacerlo por ellos, a través de indicaciones de voz”, comenta.
Como resultado, está viendo que “la línea entre un codificador clásico y un analista de negocios se fusiona mucho más, porque el codificador no pasa una enorme cantidad de tiempo haciendo cosas que realmente no tienen valor agregado. También significa que los analistas de negocios pueden convertirse en desarrolladores de software”.
Según comenta, “Será interesante cuando pueda sentarme frente a una plataforma y decir: ‘Quiero un sistema que haga esto, esto, esto y esto’, y lo haga”.