La industria del vino transmite en ocasiones una imagen de empresa artesanal. Incluso los grandes productores cultivan con frecuencia una identidad ligada a la tradición y a la artesanía. ¿Qué significa eso cuando cada vez más productores de vino recurren a técnicas de vanguardia en las que la tecnología juega un papel importante?
Según se informa, las bodegas de todo el mundo han adoptado la Inteligencia Artificial (IA) como una herramienta revolucionaria en todas las etapas de la elaboración del vino, desde el control de la producción en los viñedos, hasta inclusive, la gestión de las plantas embotelladoras, y está marcando una diferencia en el vino que usted compra y bebe. Conozca las formas en que la IA está cambiando el vino que nos tomamos.
La IA está cambiando el vino
En numerosas bodegas, las herramientas de IA ayudan a orientar la toma de decisiones, a elaborar presupuestos de forma más eficaz y de igual manera, a aminorar los efectos del cambio climático. Para los consumidores de vino, esto puede suponer un producto más accesible, sostenible y al mismo tiempo, de mayor calidad.
Cómo las bodegas de todo el mundo utilizan la IA
En el valle de Napa, en California, Gamble Family Vineyards ha invertido en tractores que utilizan tecnología de IA basada en visión. El vehículo tiene una cámara de 360 grados y sensores que analizan el cultivo a diario, lo que ayuda al viñedo a efectuar ajustes en tiempo real y suministrar estimaciones de rendimiento a largo plazo.
Por su parte, en Australia, el viñedo Mount Langi Ghiran de Rathbone Group ha implementado una solución basada en Inteligencia Artificial (IA) para monitorear los niveles de agua y las previsiones de cosecha. Es de resaltar que, los datos permiten a los productores de vino planificar con mayor precisión el uso de equipos y transporte.
Inclusive, al otro lado del mundo, en el hemisferio sur, Viña Concha y Toro de Chile, el principal productor de vino de América Latina, está usando herramientas basadas en IA para llevar a cabo estimaciones más precisas del rendimiento y recopilar información sobre sus uvas.
Uno de los principales desafíos en la industria del vino es estimar con antelación los rendimientos de un viñedo específico, puesto que los enólogos tienen que tomar decisiones esenciales unos meses antes de la cosecha.
Concha y Toro viene usando herramientas de IA para pronosticar el volumen de uva que tendrán en una temporada determinada, considerando distintas variables, entre ellas el clima, la humedad, así como la radiación y el viento. Cabe aclarar que esto logra ayudar a reducir el impacto del cambio climático.
En el futuro, el papel de la IA posiblemente evolucionará e incluirá el mapeo del rendimiento, lo que permitirá a los productores comprender la variabilidad dentro del viñedo en términos relacionales.
“La previsión precisa de la producción es algo así como el santo grial. El valor de una previsión precisa va más allá de saber cuánto vino se va a producir; también influye en la cantidad de roble que se necesita, reduce los residuos y permite una compra responsable de productos sin problemas de última hora”, comentó Damien Sheehan, director general y viticultor de Mount Langi Ghiran, en la región de Grampians, en Australia.
Una previsión precisa logra permitir a los productores de vino usar sus recursos de forma inteligente. Hay períodos concretos en los que una bodega tiene la posibilidad de quedarse sin espacio para la fermentación, y esto se puede evitar con información más precisa sobre los volúmenes de fruta que se esperan a lo largo de la cosecha. Este tipo de previsión precisa tiene la capacidad de poder optimizar los resultados de calidad para cada parcela de fruta.
Ahora bien, las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) también ayudan a gestionar los recursos naturales programando el riego, definiendo cuándo hacerlo y así mismo, la cantidad de agua necesaria. Es de resaltar que, hace que el riego sea más efectivo y ayuda a evitar el riego excesivo.
Según se informa, la calidad de la uva es realmente fundamental para producir un buen vino, y las frutas se clasifican en función de sus niveles de taninos y antioxidantes. Las bodegas se encuentran usando plataformas basadas en Inteligencia Artificial para recopilar información de las frutas. Con un lote de uvas, la IA puede simular la fermentación, el proceso de elaboración del vino y el valor de los compuestos que se encuentran en las semillas y la piel de la uva.
Los modelos de Inteligencia Artificial también están presentes en las plantas embotelladoras de Concha y Toro, que ayudan a pronosticar fallas antes de que ocurran. En el pasado, debían detener la producción para efectuar un mantenimiento completo, lo que podía demorar una semana entera e impactar directamente en la productividad. Hoy, tienen la capacidad de poder enfocarse en partes individuales y aminorar la pérdida de productividad.
¿La IA reemplazará el toque humano?
Las personas que trabajan en el sector agrícola en la actualidad son más expertas en tecnología que las generaciones anteriores, pero eso no significa que la tecnología vaya a sustituir el contacto directo con los viñedos.
“El próximo gerente que llegue aquí posiblemente sea un nativo de la IA, para quien estas habilidades son parte de la norma de una buena gestión agrícola”, dice Sheehan.
Así mismo añadió, “Al mismo tiempo, todavía se trata de tomar decisiones informadas, y eso requiere conocimiento, datos, intuición, pero también experiencia. Las personas todavía necesitarán estar en contacto con sus viñas y los caprichos de su viñedo para tomar decisiones informadas de manera adecuada”.
Aunque se habla mucho de que la Inteligencia Artificial podría sustituir a los puestos de trabajo en diferentes campos, los productores de vino coinciden en que las habilidades humanas seguirán siendo realmente fundamentales para elaborar vinos de calidad. Por lo tanto, aunque las innovaciones optimizarán el proceso, no reemplazarán a las personas.
