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EdTECH: Interland para aprender a hacer ciudadanos digitales

Interland: 4 universos para entender que la ciudadanía digital es una responsabilidad de todos.

Hace unos días les contamos Felipe aquí y yo acá sobre la plataforma de Google: InternetAwesome para enseñarle a los niños a ser ciudadanos digitales.  Una de las propuestas que trae la plataforma es enseñarles a los niños a ser ciudadanos digitales a través del juego. Interland es el universo que ha creado Google para que los niños y niñas aprendan a ser ciudadanos digitales.

Estas son mis impresiones de Interland. Estoy esperando las de mis hijos mientras se despegan de Minecraft una y de FiFA2017 el otro.

Son cuatro juegos, cuatro escenarios en el mundo de Interland. Los escenarios responden a los cuatro pilares del programa Be Internet Awesome. En cada uno de estos mundos se deben resolver retos relacionados con cada pilar.  Dicho esto me puse en la tarea de “jugar en los cuatro mundos” para entender un poco de que se trata y que tan interesantes me podían parecer. Lo hizo con mi sombrero de profesora y de mamá de dos nativos digitales de 8 y 11 años con los que hemos mantenido una conversación abierta y clara sobre la vida digital. 

Estos son los mundos, sus retos y mis impresiones:

Tower of Treasure: secure your secrets – La Torre del Tesoro: Asegurando tus secretos
En un ambiente desértico que me recordó al Correcaminos perseguido por el coyote, debí “saltar” para coger las letras para armar un password seguro. No supe mucho que pasaba porque el juego es lento y largo. Y no era claro cuando o como se gana y se pierde. Y lo peor no es claro como “atacar” al malvado de color verde, el hacker,  que se come los puntos.  

Mi hijo de 11 años se desesperó a los cinco segundos. Me dijo que era lento y malo. Y no quiso seguir. El y yo no tenemos mucha paciencia pero él se puede pasar horas jugando Clash of Clans o FiFA de cualquier año. Así que creo que el juego no le llega a los niños de su edad. Apenas pruebe con la de 8 años les cuento.

Kind Kingdom: It is cool to be kind – El Reino de la Amabilidad: Es chévere ser amable
En un mundo parecido al MarioBros de los 90s (¿O era de los 80s?) diría yo. Pero creo que en realidad se parece a esas carreras de obstáculos imposibles que hacen esos magos y magas de la agilidad en el programa American Ninja Warriors. El personaje va recogiendo corazones, likes y otros emojis y símbolos positivos y se los va repartiendo a las “troles” o “propagadores de mala energía en las redes. 
La idea es buena: “los buenos somos más” Pero nuevamente, este mundo es insufriblemente lento y no es claro como se llega a la meta o cual es la meta. 
Y lo peor: No es claro como repartiendo corazones y demás los niños aprenden a ser amables de corazón, de verdad. 

Reality River: Don’t fail for fake – Río de la Realidad: No caigas en falsedades
En un mundo rosado donde hay que cruzar un río, el jugador salta “piedras” para llegar al otro lado. Este mundo es más simple en su concepción de juego y en su aspecto pedagógico. Se salta a la piedra siguiente si la respuesta es correcta.

El juego plantea tres respuestas posibles a preguntas como ¿Qué hacer cuando le llega un mensaje diciendo que se vende un collar a $25? Las opciones son obvias y no obvias. Y así uno va cruzando el río de la Realidad. Las preguntas no son particularmente complejas, pero si son situaciones que nos hemos enfrentado en conversaciones con nuestros hijos y sus amigos. Las respuestas no son obvias tampoco pero si son un excelente abrebocas para promover el diálogo y las habilidades de pensamiento crítico sobre lo que se leen el ciberespacio y fuera de él. 

Este juego SI me gustó, por lo fácil de jugar (nuevamente el tema de las habilidades de “gamer”) pero sobretodo por las preguntas y las posibles respuestas que plantea. Hace que  los niños piensen, y creo que si uno lo juega como familia en la pantalla de la TV o en clase se pueden aprovechar todas esas preguntas y respuestas para conversar sobre lo que es verdad y lo que no. 

Mindful Mountain: Share with Care – La montaña Consciente: Compartiendo con cuidado
Este juego está 100% basado en este otro que mi hija juega intensamente mientras se carga su Ipad por tercera vez en un día de vacaciones. Me encantó la premisa con la que arranca: Para compartir en las redes hay que tener una intención y todo lo que se comparte viaja a la velocidad de la luz.

Cada reto es una frase de algo para compartir va desde la clave secreta del escondite hasta las fotos de los paseos de la clase y la clave del cajero de la tarjeta de crédito. Con los lasers el avatar debe apuntar correctamente con quien comparte esa información.
Este juego a diferencia de los otros tres SI explica claramente los errores y las respuestas correctas, Y ese feedback es clave en un proceso de aprendizaje. 

En términos de juego es divertido y fácil de usar. Claro que yo me he pasado horas jugando con mi hija en su juego análogo y creo que eso ayuda, (Acordarse de la clase de óptica también)

Veredicto final:

  • Excelentes “teasers” para iniciar conversaciones sobre ciudadanía digital en especial sobre temas como lo que se comparte en las redes y como ser “buena gente”.
  • Promueve el papel de la familia, los amigos y de la comunidad escolar como lugar seguro para conversar y a los cuales recurrir en caso de problemas. 
  • Requiere que los adultos (padres, familiares y maestros) jueguen un papel central en el proceso de convertirse en ciudadano digital responsable.
  • Promueve los buenos sentimientos como una parte fundamental de ser ciudadano digital. Me encanta que se trate el tema con un asunto cercano a TODOS los niños del mundo: Ser buena gente, ser buen amigo. Ser buena gente, ser buen amigo son la base fundamental de ser buen ciudadano. 
  • Algunos premios se ganan por ser buen gamer: Eso pasa en muchos programas. Se premia la experticia en el uso de los controles y no en las respuestas correctas e incorrectas. Eso es aburridor, y un poco “amateur” para Google que tiene acceso a los mejores diseñadores de juegos y pedagogos del mundo. 
  • La música es malísima y repetitiva, como en los juegos de Atari de mi infancia y juventud. Menos mal se puede apagar el volumen.
  • Las instrucciones y los objetivos no siempre son claros. Y eso puede dejar demasiadas preguntas sin respuesta y algunas frustraciones. 
  • No es clara la edad de la audiencia: los juegos son demasiado básicos para niños que juegan digamos Minecraft y otros igual o más complejos (niños de 7 años en adelante). Pero lo que se pretende que aprenden es para una audiencia que ya tiene acceso cuasi abierto a la Web (niños mayores de 10 años).

En resumidas, me gusta el esfuerzo de Google con Interland para que los niños sean mejores ciudadanos digitales. Me queda la duda si los padres y los demás adultos responsables su alrededor estamos listos para asumir los retos que nos traen los nativos digitales.

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