Esta semana estuvimos con mi hijo buscando un iPhone 5s para el cual hicimos fila todas las mañanas en diferentes almacenes de Apple en Miami, luego de preguntar en un par tiendas y ver que no había ni uno disponible en los horarios normales de funcionamiento de los almacenes.
Siguiendo el consejo de uno de los Apple Specialists nos fuimos tempranito para la tienda. Y por tempranito me refiero a antes de que saliera el sol! Nunca fuimos los primeros.
El mejor puesto que conseguimos fue como de 25 en una fila cuyos integrantes, aunque variaban, siempre incluían unos personajes a los que llegamos a reconocer y que llegaban a sobrepasar las 200 personas antes de las 8 de la mañana.
Personas como Rosa* (colombiana), Vladimir* (ruso) y Raúl* (cubano-americano) quienes han venido haciendo fila todas las mañanas en diferentes tiendas y que compran el iPhone que haya, en cash. O mejor, los iPhones que haya puesto que se pueden comprar hasta 2 por persona.
[*nota: estos nombres son los que mi hijo y yo decidimos darle a estos personajes y no necesariamente los nombres reales de ellos]
El negocio de Rosa, Vladimir y Juan es extremadamente lucrativo. Entre cuentos e historias contadas en la penumbra previa al amanecer venden al menos un par de los iPhones que compraron el día anterior a alguien que, a pesar de haber madrugado, queda tan lejos en la fila que prefiere pagar la “prima” y pagar en efectivo que quedarse sin su iPhone.
Su modus operandi es el mismo de los gobiernos: llenan de miedo a la gente. “Acá donde estás es casi imposible que te alcance. Pero yo tengo unos, si te interesa”. Los demás los venden durante el día bien sea en línea o incluso en sus almacenes.
La prima varía dependiendo del dispositivo que usted esté buscando, de la cara de desespero del comprador y de lo decente del revendedor. Puede ser US 150 más por un iPhone de 16GB negro o plateado o puede ser de hasta US 700 por uno dorado de 32 o 64GB.
La necesidad tiene cara de perro y este tipo de personajes se aprovecha de los turistas que sólo pueden venir uno o dos días temprano y quienes no se quieren devolver a sus países de origen con las manos vacías.
Raúl es el que tiene el negocio mejor montado, o mejor dicho es el más descarado. Ha monopolizado el tema de la fila enfrente de la tienda de Lincoln Road utilizando no sólo su presencia sino la ayuda de mendigos a quienes les paga para que en vez de dormir en cualquier andén de la zona duerman en el andén enfrente de la tienda de Apple asegurando así las primeras posiciones de la fila.
Es hasta macondiano ver entrar a la tienda de Apple una persona que claramente no sabe ni cómo funciona un iPhone ni tiene con qué comer pero que saca del bolsillo más de US 1600 y compra dos dispositivos, los cuales después le entrega a Raúl al otro lado de la acera.
El negocio de la reventa es súper poderoso. En eBay y en la calle se consiguen iPhones dorados de 64GB hasta por US 2,000 (el precio en la tienda, si es que lo consigue, es de US 849) y la demanda sigue siendo tan alta (y la oferta tan baja) que el incentivo económico de comprar a un revendedor aún existe, incluso exponiéndose a comprar equipos que no les servirán en las redes de sus operadores locales (algo que me sorprendió mucho pues la mayoría de la gente no tiene claro que las redes de sus operadores corren en tecnologías diferentes – GSM, CDMA, UMT, LTE e incluso en bandas diferentes).
La gente de Apple sabe que existen los revendedores y lo único que hacen para controlarlos es imponer un límite de compra de máximo 2 dispositivos. Este desincentiva de alguna forma la práctica pero no la elimina por completo y la gente que quiere comprar un equipo para sí mismo generalmente termina en fila después de los compradores profesionales para quienes hacer fila de las 4am a las 8am es una actividad lucrativa (el salario mínimo en Estados Unidos es de US 8 la hora).
La única fórmula de controlar la reventa es aumentar la oferta. Es un tema de Economía 101. Y aunque es claro que la demanda por los nuevos equipos es ALTA – algo que veremos reflejado en los números de ventas del próximo trimestre – el problema es de oferta. Parece poco ilógico que las tiendas reciban 20, 60 o 200 equipos, cuando es que reciben.
En nuestro experimento el lunes no hubo teléfonos, el martes hubo pero CDMA (que no sirven sino en Verizon), el miércoles hubo GSM y LTE en la banda que corre/correrá nuestro operador en Colombia pero sólo de 16GB, el jueves no hubo, el viernes tampoco y hoy sábado volvieron a llegar pero sólo de 16GB.
La gran pregunta es: por qué la escasez de dispositivos cuando ya lleva un mes en el mercado? Dónde está el cuello de botella en la cadena de producción de Apple? Es lógico que a pesar de que sabíamos todo lo que traería el teléfono antes de su lanzamiento la producción siga estando restringida?
Yo personalmente creo que no y espero que Tim Cook y su equipo no vean a quienes duermen en la calle enfrente de sus almacenes y hacen fila antes del amanecer como una razón para enorgullecerse sino como el resultado de una cadena de abastecimiento que si bien logra mantener los márgenes de la operación en niveles “aceptables” está premiando e incentivando el negocio de personajes como Rosa y Raúl y castigando al usuario de verdad, al fan que quiere un equipo para usarlo y no para revenderlo.
Ya sabemos que el iPhone 5s llegará a América Latina el próximo 1 de Noviembre (Colombia, El Salvador, Guatemala y Mexico) serán los primeros países en recibirlo junto con otros 33 países a nivel mundial. Falta ver cuántas unidades recibirán los operadores y esperar a que estos no juegen el juego del año pasado, en el cual los guardaron exclusivamente para clientes nuevos eliminando las posibilidades de upgrade de los clientes actuales hasta el próximo año.