En lo que va corrido del año hemos visto ya 2 anuncios de lentes de contacto que parecen del futuro. Lentes que más que corregir la visión por medios “tradicionales” adicionan funcionalidades como la liberación de medicamentos directamente al ojo o la superposición de información digital a lo que vemos en un modelo avanzado de realidad aumentada.
Los primeros son unos lentes de contacto de Johnson & Johnson denominados Theravision los cuales contienen, cada uno, 19 microgramos de cetotifeno, el ingrediente activo de un antistamínico que se encuentra en una gota oftálmica típica, los cuales se liberan de forma paulatina durante un período de 12 horas y sirve para combatir el enrojecimiento de los ojos, la rasquiña y los efectos de las alergias al polen, hierba, caspa, polvo y el pelo de mascotas.
La FDA aprobó hace un par de semanas su comercialización y se espera que estén a la venta al público en pocos meses.
Y, claro, la idea es ampliar el tipo de medicamentos que se pueden “entregar” y con el tiempo tener una variedad de lentes para diferentes condiciones médicas.
Los segundos son los Mojo Lens, unos lentes de contacto “inteligentes” que a través de una pequeña pantalla microLED (y cuando digo pequeña me refiero al tamaño de un grano de arena), ofrece información crítica, específica y contextual de lo que necesitemos.
Es la promesa de la realidad aumentada: una capa de información superpuesta al mundo real que permite obtener datos adicionales sin afectar la concentración de los usuarios. Piense, por ejemplo, en una vista de los senderos que está recorriendo mientras usted esquía, su ritmo durante una carrera atlética, las instrucciones de conducción mientras maneja o las notas de esa presentación que está dando enfrente de varios asistentes. Todo en un modelo “manos libres” real.