¿Cómo hacer para que más personas puedan tener acceso al sistema financiero? La tecnología ofrece una gran oportunidad para que más personas puedan hacer transacciones financieras, sin estar en el sector financiero formal. El caso de M Pesa en Africa; es un ejemplo a mirar con atención. Solo en diciembre de 2016, sus más de 30 millones de usuarios se realizaron más de 610 millones transacciones a través de esa app. O del revuelo que ya están empezando a causar las FinTech, empresas de tecnología que están llenando los vacíos del sector financiero tradicional, en temas como las remesas, los pagos de servicios profesionales, etc.
Uno de los puntos críticos de los asuntos del dinero es “como sé yo que ud me va a pagar“, el tema de la confianza. Los sistemas financieras formales tienen sistema de riesgo crediticio para medir la capacidad de pago de las personas y de las empresas. Pero eso implica que uno, como persona, ya de alguna manera tiene acceso al sistema financiero por el uso de una tarjeta débito. ¿Entonces cómo hacer para que los más de 2.5 billones de personas en el mundo y el 65% de la población de América Latina que no están bancarizados tengan acceso a crédito? Para que esas personas puedan empezar a salir de la pobreza al acceder al sistema financiero? Algunos analistas dicen que por ejemplo gracias a M Pesa, más del 2% de los hogares de Kenia salieron de la pobreza absoluta. Cabe anotar que más del 68% de la población de Kenia utiliza su celular para realizar transacciones de dinero. Esta es una cifra GIGANTE para un país donde la pobreza es la norma y no la excepción. Incluso en los Estados Unidos algo menos del 20% de la población no tiene ni siquiera una cuenta de ahorros o una tarjeta débito.
EFL, Entrepreneurial Financial Lab, una organización que le permite a las firmas medir el riesgo crediticio cuando no hay escasez de información. ELF lleva casi 10 años resolviendo el problema usando pruebas sicométricas, si las mismas que hacen las personas de recursos humanos, como una forma de medir el riesgo crediticio de una persona. Además, ellos cuantifican la “huella digital” de las personas para lograr tener un perfil crediticio robusto, Rodrido Sanabria, su director dijo que a la fecha han llegado a “darle el visto bueno” a créditos por más de $1 billón de dólares a usuarios de entidades de microcrédito en México, Perú y algunos países de Centro América.
Lo que empezó como una trabajo de investigación, ha permitido a entidades de microcrédito y a bancos como la Caixa en España desembolsar algo más de $1 billón de dólares. Esta iniciativa está participando en el concurso del Wall Street Journal: Financing the Future (Financiando el Futuro) ;como una de las tres mejores alternativas de inclusión financiera.
Los invito a votar por este proyecto por este proyecto por estas razones:
1.La inclusión financiera, es una pieza fundamental para mejorar el bienestar de las poblaciones vulnerables y en especial de las mujeres que representan más del 50% de la población no bancarizada. Con esta herramienta, más mujeres podrán acceder a crédito y mejorar su capacidad de hacer crecer su negocio.
2. La tecnología está permitiendo que más y más personas tengan acceso a recursos antes inalcanzables. La tecnología facilita y reduce los costos asociados al riesgo crediticio.El caso de M Pesa es el ejemplo para mostrar. Pero, cada día hay nuevas alternativas que le permiten a las personas tener acceso a recursos financieros de una manera segura y con una tasa de interés adecuada. Y esta tecnología ayuda a reducir los baches, los “gaps” de confianza y por lo tanto el riesgo asociado al pago o no pago de una deuda.\
3. La falta de acceso a crédito es considerada como la razón No, 1 para que los emprendimientos liderados por mujeres no crezcan. Este tipo de soluciones abren una oportunidad para que más mujeres puedan escalar sus negocios.
Y además, si a ud lo que le mueve la aguja es el orgullo patrio, este proyecto es liderado por Rodrigo Sanabria; un colombiano – peruano que le ha dedicado buena parte de su vida profesional a crear e implementar herramientas para reducir el riesgo crediticio. Es decir se ha dedicado a que uno tenga la certeza, o por lo menos una gran seguridad, que la otra persona SI le va a pagar.