Para nadie es un secreto que actualmente hay una carrera sucediendo en el mundo de la tecnología dado que np parece que la regulación vaya a la misma velocidad que la IA. Por un lado, hay que mencionar a todos estos magos de la tecnología con los modelos de Inteligencia Artificial (IA) y, por otro lado, los buenos legisladores, los cuales, se encuentran enredados en sus agendas y burocracia.
Y por supuesto, en el medio, se encuentra el resto de los mortales llenos de preguntas, como por ejemplo: ¿Puede la IA heredar el sesgo y la discriminación humanos? O así mismo; ¿La normativa actual realmente salvaguarda nuestra privacidad y garantiza nuestra seguridad? E incluso, ¿existe un riesgo real de que una IA superinteligente sea una amenaza para la humanidad? A continuación, estaremos tocando estos temas vitales sobre la Inteligencia Artificial (IA) para conocer muchos más datos incluyendo si va la regulación a la misma velocidad que la IA.
¿Será que la regulación va a la misma velocidad que la IA?
Hay que señalar que la industria de la tecnología actualmente se encuentra a toda marcha, empujando los límites, así como también participando en una competencia feroz y así mismo, produciendo Inteligencia Artificial a una velocidad asombrosa.
En cuanto a los reglamentos de IA se debe mencionar que el pasado 14 de junio, el Parlamento Europeo ha dado finalmente su visto bueno a la Ley de Inteligencia Artificial (AI Act o AIA). Propuesta originalmente en el mes de abril del año 2021.
Hay que acotar que esta ley tiene como objetivo garantizar la seguridad, la transparencia, así como también la trazabilidad, la no discriminación y el uso ambientalmente sostenible de la Inteligencia Artificial dentro de la Unión Europea. Su enfoque es clasificar los sistemas de IA en función del riesgo que presentan:
- Primero que nada hay que mencionar a los sistemas de riesgos inaceptables: los sistemas de Inteligencia Artificial, como los que manipulan el comportamiento o que incluso, clasifican a las personas según sus características personales, se consideran riesgos inaceptables y evidentemente, se prohibirán.
- Por otro lado tenemos a los sistemas de alto riesgo: hay que resaltar que los sistemas de Inteligencia Artificial que afecten la seguridad o los derechos fundamentales estarán sujetos a la legislación de seguridad de productos y deberán registrarse en una base de datos de la UE. Los sistemas de IA generativa, como por ejemplo ChatGPT de OpenAI, deben cumplir criterios de transparencia.
- Finalmente nos encontramos con los sistemas de riesgo limitado: estos sistemas de Inteligencia Artificial deben cumplir con los estándares básicos de transparencia.
Han pasado 2 años desde que se propuso Ley de Inteligencia Artificial en el año de 2021, y hay que acotar que durante estos 2 años en que la UE ha estado deliberando sobre estas regulaciones, la IA ha avanzado apresuradamente, dejando a los legisladores y también a los mecanismos de aplicación poniéndose al día.
Si hay algo que es importante destacar es que en el panorama en rápida evolución, ciertas verdades se están volviendo evidentes. Las corporaciones globales con el presupuesto para capacitar a los enormes LLM están dominando la escena. Si bien las regulaciones actuales, aunque bien intencionadas, por lo general tienen dificultades para seguir el ritmo de estos gigantes tecnológicos.
Cabe hacerse la pregunta; ¿Puede la IA heredar el sesgo y la discriminación humanos? La respuesta es, lamentablemente, sí, aunque no quisiéramos que fuese de esta forma. Incluso, nos preguntamos; ¿La normativa actual realmente salvaguarda nuestra privacidad y garantiza nuestra seguridad? Lo cierto es que todavía no. Las compañías buscan pautas más completas para poder desarrollar sistemas seguros e imparciales que no comprometan la integridad o así mismo, la privacidad de la humanidad. Sin embargo, por el momento, tienen muy poco a lo que referirse.
Como estamos un poco más cerca de AGI (Inteligencia Artificial General) ¿existe un riesgo real de que una IA superinteligente sea una amenaza para la humanidad? Lo cierto es que, esta pregunta aun continua sin respuesta. Depende de si los legisladores y los gigantes tecnológicos reconocen que su carrera no es una contra la otra, sino un viaje compartido. El reloj está corriendo; y hay que destacar que aunque no es demasiado tarde, no hay lugar para la demora.
