La primera vez que oí hablar de Minería Espacial fue en el Singularity Summit del 2017. El concepto es bien straightforward: miles de asteroides y cometas pasan “cerca de la tierra” cada año. Y cada uno de ellos está compuesto de minerales y otros componentes (agua, por ejemplo) que pueden ser super valiosos económicamente, no sólo para nuestra vida en la tierra sino para nuestros intereses intergalácticos.
De un asteroide podríamos extraer la misma cantidad de minerales que hemos extraído en toda la historia de la tierra, minimizando los efectos de la polución que esta actividad genera. En un asteroide podríamos encontrar agua, vital para sobrevivir en el espacio, y uno de los componentes más escasos y más complejos de sacar de nuestra atmósfera.
Un día importante para la Minería Espacial
El día de hoy es un día importante para la minería espacial. Astroforge, una compañía fundada en 2022, lanzará al espacio la primera nave espacial “privada” que intente viajar a los confines de nuestro sistema solar. La nave se llama Odin, es del tamaño de un aire acondicionado, y fue construida en tan solo 10 meses.
Su misión es clara: viajar aproximadamente 650 mil kilómetros durante un año hasta interceptar un asteroide llamado 2022 OB5 para fotografiarlo y hacer mediciones que serán enviadas de vuelta a la tierra con el fin de validar si, como se espera, está lleno de platino.
Si eso resulta ser cierto, el equipo de Astroforge se preparará para su siguiente misión –Vestri– la cual intentará aterrizar en el asteroide y minarlo, extrayendo el valioso material.
Pero primero, lo primero. Si el lanzamiento de Odin es exitoso el día de hoy, la nave luego debe ser capaz de pasar la Luna, algo que debería ocurrir en los próximos 5 a 7 días, y comenzar su viaje hacia el espacio sideral. Un hito que algunos temen no sea capaz de cumplir.