En un mundo donde los teléfonos compiten por ver quién tiene más cámaras, más colores, más y más cosas, el nuevo Samsung Galaxy S25 FE llega con una propuesta distinta: volver a lo esencial. No porque sea un teléfono básico, sino porque representa una idea cada vez más relevante en la tecnología moderna: no todo lo que brilla es necesario, pero lo que realmente importa debe brillar.
Samsung entiende que no todos los usuarios quieren, ni pueden, pagar más de seis millones de pesos por un teléfono. Pero eso no significa que deban renunciar a la experiencia de un equipo de gama alta. Por eso existe la línea Fan Edition (FE), una familia que nació para ofrecer el corazón de los Galaxy S, sin adornos innecesarios, y que este año, con el S25 FE, alcanza su punto más maduro.

El Galaxy S25 FE conserva casi todo lo que hace grande a la serie S25, pero a un precio más razonable. Su pantalla Dynamic AMOLED 2X de 6,4 pulgadas es brillante, fluida y precisa, con una tasa de refresco de 120 Hz que se nota tanto al jugar como al navegar por redes sociales. La resolución Full HD+ es más que suficiente para ofrecer una muy buena experiencia , aunque hubiera agradecido un poco más que su brillo máximo de 1.450 nits.
En el interior, el cerebro es el Exynos 2400, el mismo procesador que impulsa al S25 estándar en varios mercados, acompañado por 8 o 12 GB de RAM LPDDR5X y almacenamiento UFS 4.0. En palabras simples, eso significa que el teléfono es rápido, eficiente y preparado para el futuro. Corre Android 15 con One UI 7 y lo mejor de todo: Samsung promete 7 años de actualizaciones de software y seguridad, una garantía que antes era impensable en el mundo Android.

Hablemos de las Cámaras.
Aunque aclaro que pronto habrá una nota dedicada exclusivamente a este tema. Por ahora podemos decir que el S25 FE equipa un sistema de tres cámaras traseras:
– Principal de 50 MP con estabilización óptica (OIS).
– Ultra gran angular de 12 MP, ideal para paisajes o fotos grupales.
– Telefoto de 8 MP con zoom óptico 3x.

Y adelante, una cámara de 12 MP, que de hecho es nueva, con respecto a la generación anterior. Está lista para selfies y videollamadas con buena luz y detalle. En la práctica, el resultado es mejor de lo que yo creía, fotos nítidas, colores fieles y una excelente gestión de luz, incluso en entornos nocturnos. No satura tanto como sus hermanos mayores y está lista para ser usada cuando la persona lo necesite.
El teléfono graba video en 8K a 30 fps y 4K a 60 fps, y aprovecha la inteligencia artificial integrada de Galaxy AI para mejorar la estabilización, el encuadre y hasta la corrección de tomas.

A primera vista, el S25 FE podría pasar por un modelo de gama alta. Su cuerpo combina un marco de aluminio Armor Aluminum con una parte trasera de policarbonato mate, un material que, más allá de ser más económico, resiste mejor los golpes y las caídas accidentales. Su certificación IP68 garantiza, soporta agua y polvo. Sinceramente, este diseño me gusta y creo que va muy bien con la estética casi minimalista del teléfono.
La batería de 4.500 mAh alcanza fácilmente el día completo, y con su carga rápida de 25 W, puede recuperar la mitad en unos 25 minutos.

La línea “Fan Edition” nació justamente de esa conversación con los usuarios, de las sugerencias que pedían un Galaxy accesible sin perder el alma premium. Y el S25 FE es la materialización más clara de esa idea. No es un recorte del S25 Ultra, es su interpretación práctica. Es una especie de homenaje a lo esencial: potencia, cámara, pantalla, durabilidad y actualizaciones. Nada sobra, nada falta. Y en ese balance está su atractivo.
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Andrés Felipe Sánchez





