Encima de que el asistente no está bien posicionado vs la competencia, Amazon sorprende a usuarios y expertos al anunciar que planea insertar publicidad dentro de las conversaciones que los usuarios mantendrán a futuro con Alexa+. El CEO Andy Jassy explicó durante una llamada con inversionistas que, conforme los usuarios interactúen, habrá oportunidades para monetizar mediante anuncios integrados discreta o proactivamente en respuestas de shopping o recomendaciones personalizadas.
Esta decisión marca un cambio radical: Alexa+ puede dejar de ser un asistente imparcial para convertirse en una plataforma de marketing omnipresente.
¿Qué complica esta integración de anuncios?
Aún es difícil determinar a ciencia cierta los alcances de esta decisión en el mercado pero, muchos analistas creen que alguno de estos 4 escenarios pueden suceder:
1. Pérdida de credibilidad y utilidad del asistente
Si Alexa ofrece respuestas patrocinadas sin que sean identificadas claramente, el usuario podría dejar de confiar en cualquier recomendación que reciba. Un asistente que depende de publicidad corre el riesgo de convertirse en un sistema impulsado por comisiones, no por utilidad.
2. Privacidad en juego recurrente
Alexa ya procesa datos de voz para inferir intereses y servir anuncios específicos, como documentó un estudio académico que concluye en subastas de anuncios hasta 30 veces más caras según el perfil del usuario. Incluir anuncios en la conversación activa genera más preocupaciones sobre cómo se usan nuestros datos en tiempo real.
3. Saturación publicitaria en la experiencia diaria
Desde mensajes visuales en la pantalla Echo Show hasta sugerencias tipo “By the way” (por cierto…) dentro de una respuesta, Alexa ya muestra publicidad en formas responsables. La inserción de anuncios conversacionales es un paso más agresivo que muchos usuarios podrían considerar invasivo.
4. Modelos de suscripción con trampa publicitaria
Amazon planea ofrecer una versión gratuita con anuncios y otra “premium” sin ellos, similar a Prime Video y a lo que hace en Amazon Music. Pero (y este es un gran “pero”) si incluso la versión pagada incluye cierto sesgo en las respuestas, la sensación de engaño puede ser mayor para los suscriptores.
Riesgos a largo plazo y dilemas éticos
La integración de publicidad en asistentes conversacionales como Alexa+ no solo cambia la experiencia de uso, sino que plantea serios desafíos éticos. Uno de los más preocupantes es la posible pérdida de confianza del usuario. Cuando las recomendaciones están condicionadas por acuerdos comerciales y no se distingue con claridad entre una sugerencia neutral y una patrocinada, la credibilidad del asistente comienza a erosionarse. Este fenómeno podría derivar en una percepción de manipulación disfrazada de ayuda.
Además, existe el riesgo de que la utilidad genuina dependa del interés comercial. En lugar de priorizar respuestas basadas en la calidad o relevancia para el usuario, el sistema podría favorecer a quienes pagan más por aparecer, afectando decisiones cotidianas —como dónde comprar, qué producto elegir o incluso qué servicio consultar— en favor de los anunciantes, no del consumidor.
Por último, la monetización algorítmica podría amplificar sesgos existentes. Al favorecer productos dirigidos a perfiles de alto consumo o a zonas geográficas rentables, se corre el riesgo de excluir a comunidades con menor poder adquisitivo, profundizando desigualdades socioeconómicas en la forma en que se accede a información o servicios desde la voz asistida.
