En Oracle AI World, la conversación trascendió más allá de modelos y algoritmos para aterrizar en lo esencial: la infraestructura. En los anuncios recientes se revelaron apuestas audaces como Stargate, un super data center a escala masiva que busca garantizar el respaldo necesario para proyectos gigantescos de IA. Ese tipo de infraestructura ya no es opción; es requisito para quienes aspiran a competir con potencia, seguridad y eficiencia.
Oracle repite un mantra: quiere ofrecer “la nube con mejor rendimiento, el costo más bajo y la infraestructura más segura” y pretende que esa promesa no se quede tan solo en un slogan ni en los entregables de marketing. El objetivo es mejorar cada capa del sistema —no solo la cima— desde el hardware base hasta el entorno virtual, pasando por redes, almacenamiento y orquestación. Para lograrlo, la estrategia es clara: construir sobre bare-metal, permitir virtualizaciones ágiles que se adapten a distintos tipos de cargas y usar bloques flexibles en infraestructura que se puedan modificar sin reinventar todo.
Pero… Qué hay de nuevo a nivel de infraestructura?
Una de las propuestas más disruptivas es la política de costos cero de egreso de la nube de Oracle hacia la nube del cliente, eliminando una barrera común entre proveedores de servicios. Además, los clientes pueden acceder a regiones dedicadas dentro del data center de Oracle ubicadas donde ellos lo necesitan, reduciendo latencias y mejorando control local. Esa arquitectura “de todo por todo en todas partes” significa que Oracle no solo quiere estar presente en múltiples regiones, sino que desea que su nube sea útil, accesible y fluida desde cualquier sitio de operación.
Las redes también recibieron atención especial. Con Acceleron y arquitectura “converged NIC”, Oracle promete mayores tasas de transferencia, particiones de seguridad entre cliente y proveedor y una eficiencia que elimina pasos innecesarios en el procesamiento de cada paquete. El concepto de redes multiplanares (multi‑plane) divide el tráfico en múltiples caminos físicos mientras ofrece una interfaz única al usuario: simplicidad con redundancia. A eso se suma el “zero‑trust packet routing”, que impone políticas auditables para prevenir fugas de datos incluso dentro de la red interna.
Con mejor infraestructura vienen mejores modelos de IA. Cuando se puede confiar en redes robustas y hardware optimizado, los modelos pueden ser más grandes, más ambiciosos y desplegarse a mayor escala sin desatinar el sistema. Y no es una visión teórica: empresas como TikTok, que manejan crecimientos explosivos y picos de tráfico (por ejemplo en livestreams o comercio en vivo), requieren una infraestructura que soporte esas cargas constantes. Oracle afirma que su nube ya puede trasladar ese tipo de volumen con balanceadores que resisten picos y estabilizan el servicio incluso en temporadas intensas como Black Friday.
Clientes de alta demanda también forman parte del diseño. OpenAI, por ejemplo, necesita cuartos enteros de GPUs, redes internas dedicadas y escalabilidad segura. Esa es la clase de clientes para los que Oracle concibe Stargate y sus clústeres de alto rendimiento.
Con un gran poder viene una gran responsabilidad
Tal como lo dicen hasta en las tiras cómicas: junto al poder también vienen responsabilidades. Iniciativas como Stargate implican un enorme consumo energético, cuestiones de enfriamiento, sostenibilidad y huella ecológica. Para que esa infraestructura masiva sea aceptable, Oracle deberá demostrar compromiso medioambiental.
Así las cosas, los anuncios de Oracle AI World revelan una visión ambiciosa: no basta con tener buenas herramientas; la infraestructura misma debe ser potente, flexible, escalable y segura desde su base. Oracle apuesta a que la próxima generación de negocios inteligentes no será definida por quién tiene el mejor modelo, sino por quién tiene la mejor plataforma para ejecutar ese modelo.
