La espera terminó. AMD ha presentado oficialmente su nueva serie de procesadores EPYC 4005, una propuesta que busca redefinir lo que significa tener un servidor potente, eficiente y, sobre todo, asequible. Y lo mejor y más insólito de todo: sin necesidad de un centro de datos propio de las grandes corporaciones!
Con una arquitectura basada en Zen 5 y compatibles con el popular socket AM5, estos chips están pensados para quienes necesitan músculo computacional pero su presupuesto es más bien pequeño: pequeñas y medianas empresas, proveedores de servicios IT y organizaciones que buscan rendimiento empresarial sin complicaciones.
La serie
La serie incluye modelos que van desde los 6 hasta los 16 núcleos, con un rango de precios competitivo (aproximadamente entre los USD $239 y los $699), lo que la hace atractiva para múltiples escenarios: desde pequeños servidores hasta infraestructuras de nube privada o edge computing.
AMD sabe que no todas las empresas tienen el lujo de tiempo, dinero o infraestructura para adoptar soluciones complejas. Por eso, la EPYC 4005 brilla no solo por su rendimiento, sino por su facilidad de despliegue y relación costo-beneficio. La nueva serie, apunta a un segmento que necesita potencia, pero también flexibilidad y rapidez de implementación.

¿Y qué se puede hacer con un EPYC 4005?
Los casos de uso son diversos pero, estos podrían ser los más usuales:
- Servidores internos o edge para pequeñas empresas.
- Centros de datos de escala pequeña y mediana con necesidades constantes.
- Virtualización ligera.
- Laboratorios de desarrollo, pruebas e implementación de IA.
- Infraestructura para servicios 24/7 con bajo consumo energético.
Expectativa: ¿un Ryzen pro para servidores?
Muchos ya lo llaman el “Ryzen Pro para servidores”. Y no es para menos: al parecer, AMD toma lo mejor del mundo consumer —precio, rendimiento, eficiencia— y lo empaca con prestaciones empresariales. La llegada del EPYC 4005 marca una clara jugada del fabricante para captar el segmento intermedio del mercado, donde la velocidad, el soporte y la simplicidad son tan importantes como la potencia bruta.