El sesgo en la recopilación de datos de los que dependen los programas informáticos de Inteligencia Artificial (IA), puede llegar a limitar la utilidad de esta herramienta de vertiginoso crecimiento para los científicos del clima que pronostican contextos futuros y, así mismo, guían la acción global, esto se ha conocido gracias a un reciente artículo de investigadores de la Universidad de Cambridge, publicado en npj Acción Climática que evidencia la necesidad de la inteligencia humana!
Los la necesidad de la inteligencia es resaltada por los investigadores!
Es importante señalar que los programas informáticos de Inteligencia Artificial (IA) usados para la ciencia del clima, se encuentran capacitados para poder rastrear conjuntos de datos complejos en busca de patrones e incluso, información perspicaz. Sin embargo, hay que acotar que la información carente de ciertos lugares del planeta, así como períodos de tiempo o incluso, dinámicas sociales crean “agujeros” por así decirlo, en los datos que pueden transportar a pronósticos climáticos poco confiables y así mismo, conclusiones engañosas.
El autor principal y miembro de Cambridge Zero, el Dr. Ramit Debnath, mencionó que las personas con acceso a la tecnología, como por ejemplo: la inteligencia representada por los científicos, maestros, así como también los profesionales y empresas en el Norte Global, cuenta con más probabilidades de ver sus prioridades y percepciones climáticas reflejadas en la información digital considerablemente disponible para la Inteligencia Artificial usar.
Por el contrario, aquellas personas que no cuentan con el mismo acceso a la tecnología, como por ejemplo, las comunidades indígenas del Sur Global, tienen más probabilidades de descubrir que sus experiencias, percepciones y sus prioridades no se encuentran en esas mismas fuentes digitales.
El Dr. Ramit Debnath manifestó “Cuando la información sobre el cambio climático está sobrerrepresentada por el trabajo de personas bien educadas en instituciones de alto rango dentro del Norte Global, AI solo verá el cambio climático y las soluciones climáticas a través de sus ojos”.
Por su parte, hay que tener presente que la Inteligencia Artificial “sesgada” posee el potencial de tergiversar la información climática. Un claro ejemplo de ello, es que podría llegar a generar predicciones climáticas ineficaces o incluso, subestimar las emisiones de carbono de ciertas industrias, lo que posteriormente, podría llegar a desorientar a los gobiernos que intentan crear políticas y regulaciones destinadas a aminorar o adaptarse al cambio climático.
Ahora bien, las soluciones climáticas respaldadas por Inteligencia Artificial que nacen de datos sesgados, corren el peligro de dañar a las comunidades subrepresentadas, especialmente aquellas en el Sur Global con escasos recursos. Cabe acotar que estas son por lo general, las mismas comunidades que también se encuentran más vulnerables o sensibles a los fenómenos meteorológicos extremos producidos por el cambio climático, como por ejemplo los incendios. Esa viene siendo una combinación que podría llevar a “eventos de inflexión social”, o al menos esto es lo que ha advertido el importante documento.
Sin embargo, hay que tener presente que estos denominados “agujeros de datos” tienen la capacidad de ser llenados por el conocimiento humano. Los autores abogan por un diseño humano en el circuito para brindar programas de cambio climático de IA con un control de sentido sobre, qué datos se utilizan y el contexto en el que se usan, en un esfuerzo por optimizar la precisión de las predicciones y la utilidad de las conclusiones.
La tecnología guiada por humanos continúa siendo esencial
Los autores han mencionado el popular modelo de chatbot de Inteligencia Artificial, ChatGPT de OpenAI que ha conquistado al mundo por su interesante capacidad para comunicarse conversacionalmente con usuarios humanos. En ChatGPT, la Inteligencia Artificial puede hacer preguntas de seguimiento a sus usuarios humanos, así como también admitir errores, desafiar premisas incorrectas e, incluso, rechazar solicitudes inadecuadas.
Cabe señalar que esta Inteligencia Artificial de estilo “humano en el circuito” logra permitir detectar y también corregir el sesgo, así lo han mencionado los autores. Hasta donde se ha podido conocer, los usuarios pueden ingresar información social crítica, como la infraestructura existente y los sistemas de mercado, para permitir que la IA anticipe mejor cualquier consecuencia sociopolítica y también económica no deseada de la acción climática.
Ahora bien, al destacar la importancia de los conjuntos de datos globalmente inclusivos, el documento también promueve el acceso a Internet de banda ancha como una necesidad pública, en vez de un producto privado, para poder involucrar a tantos usuarios como sea posible en el diseño de Inteligencia Artificial para conversaciones contemporáneas sobre acción climática.
Por su parte, el documento concluye que la tecnología guiada por humanos continua siendo esencial en el desarrollo de una Inteligencia Artificial socialmente responsable. La IA menos sesgada será fundamental para nuestra comprensión de cómo está cambiando el clima y, en consecuencia, para guiar soluciones realistas para aminorar y adaptarse a la crisis climática en curso, así lo dieron a conocer los autores.