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Obsolescencia Programada: ¿Cual opción prefiere?

Android y Apple tienen caminos diferentes para proteger a sus usuarios de la obsolescencia programada. Y ninguno funciona a la perfección. ¿Cual prefiere?

Gracias a la amable invitación de Lucho Sarmiento y el equipo de Canal Trece, participé recientemente de una entretenida discusión (en el que creo es el mejor programa de televisión enfocado en tecnología que hay en Colombia) sobre la Obsolescencia Programada. 

Pueden ver el programa completo aquí:

Es claro que el detonante que nos ha puesto a hablar sobre el tema es la poca vida útil y la velocidad de lanzamiento de nuevos dispositivos móviles.

Es común, sobre todo para los usuarios de Android, sentir que no acaban de comprar un smartphone cuando ya se ha lanzado otro que lo supera ostensiblemente a nivel de características técnicas.  Por el otro lado, entre los usuarios de Apple viene creciendo un sentimiento de que con cada nuevo lanzamiento (anual) los iPhones anteriores comienzan a fallar “milagrosamente” y a ser más lentos. Y así nadie se salva y usted tiene que escoger la “menos peor” de las alternativas. 

¿Cual prefiere? 

A Android lo afecta no sólo la Obsolescencia Programada; esa que inexplicablemente hace que equipos lanzados en la segunda mitad del año no vengan con la última versión de Android (tranquilos, [eventualmente] llegará dicen los fabricantes) sino con la del año anterior (si bien le va); la culpable de que equipos con menos de 14 meses en el mercado no puedan acceder a los avances de seguridad y funcionalidad del sistema operativo y vivan vulnerables a los millones de nuevos vectores de ataques que salen cada año solo para Android. La responsable de que cerca del 60% de los teléfonos Android en el mercado aún usen versiones del sistema operativo lanzadas entre el 2014 y el 2015. 

También la afecta la Obsolescencia Percibida. Un fenómeno no técnico sino de percepción en el que el usuario siente que su dispositivo está viejo y ya no es atractivo derivado de los cada vez más constantes y cada vez más agresivos lanzamientos de dispositivos de parte de alguno de los más de mil (si, hay mas de mil) fabricantes de smartphones del planeta. He oido a algunos de ellos decir – sin ningún signo de reparo – que esperan que sus clientes cambien de dispositivos cada …. téngase …. 8 meses (ah????).

Volviendo al tema de Obsolescencia Programada es claro que para poder producir smartphones que puedan venderse a un precio accesible para los mercados más sensitivos al costo los fabricantes terminan bajando la calidad de los componentes y por ende su vida útil es mucho menor.   

Apple juega un juego diferente. Lo que algunos critican de su look-and-feel (¿vio la avalancha de quejas de que el iPhone 8 era igual que el 7 que era igual que el 6s que era igual que el 6?) es en realidad una práctica estructurada para controlar y minimizar la Obsolescencia Percibida de sus diferentes lineas de producto. El mantener un mismo look por años (mire los Macbook) permite a los usuarios seguir usando sus dispositivos sin sentir – a primera vista – que ya están viejos y desactualizados. Y es una de las razones por las que el mercado secundario de dispositivos de la marca es tan fuerte en términos de precio de venta y facilidad para hacerlo. 

Cada año, con el lanzamiento de su la versión de sus sistemas operativos (iOS, macOS, watchOs, tvOS), la compañía busca cubrir la mayor cantidad de dispositivos de años anteriores (iOS 11, por ejemplo, corre en equipos de 2013). Lo hace por minimizar la fragmentación, por mantener cierta homologación en el uso de sus plataformas y por garantizar que los avances de seguridad están disponibles para la mayor parte de sus usuarios. Pero al poner a correr un sistema operativo del 2017 – con aplicaciones optimizadas para el 2017 – en equipos cuyo hardware es de hace 2 o más ciclos (Ley de Moore… se acuerda?) el usuario se ve afectado por un tema de rendimiento de su equipo. 

Hay “estudios” que dicen que es solo percepción. Que no es que Apple vuelva más lentos los teléfonos viejos. Pero una cosa es que no haga que se vuelvan lentos y otra que los chips y la cantidad de memoria que eran suficientes hace 4 años aun sean suficientes hoy.

No es necesariamente que se programe una menor vida útil de los componentes. Es que al paso al que va la tecnología, en el que cada 18 meses duplicamos la velocidad y la capacidad de procesamiento y almacenamiento, no es tan fácil que los dispositivos duren más de 4.5 años. La pregunta es cual opción prefiere: la de un equipo que viene con un software especifico que jamas podrá actualizar o la de uno que puede actualizar pero sentirá los rigores del nuevo sistema…

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